Política
"Lo que se ve en la provincia es muy distinto a la Nación": los "k" de paladar negro se despegan de Alberto
El kirchnerismo duro salió a romper la tregua con Alberto Fernández que se abrió tras la salida de Martín Guzmán. La ministra de Cultura de la provincia, Florencia Saintout, lanzó fuertes críticas hacia el Presidente luego de varios días de silencio.
"Lo que veo en la provincia es muy distinto a lo que veo en la Nación. Acá hay un gobierno decidido a gestionar a favor del pueblo y esto se ve todos los días a nivel nacional", dijo Florencia Saintout, ministra de Cultura de la provincia.
Saintout representa a un sector del kirchnerismo muy cercano a La Cámpora. Llegó al gabinete de Kicillof en diciembre pasado en el marco de una serie de cambios que se dieron en la provincia tras la derrota en las elecciones legislativas.
"No me cabe ninguna duda de que hay maniobras desestabilizadoras que disfrutarían de un horizonte golpista", dijo Saintout en referencia a la corrida del dólar de los últimos días. Y -volviendo a posar la mirada en la Casa Rosada- aseguró que esos sectores "se amparan en dificultades, errores y titubeos" del gobierno nacional.
Lo que veo en la provincia es muy distinto a lo que veo en la Nación. Acá hay un gobierno decidido a gestionar a favor del pueblo y esto se ve todos los días a nivel nacional
Hasta la salida de Gúzman la garganta dentro del gabinete de Kicillof que vertía críticas hacia el Presidente era la del ministro Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad). Habrá que ver en los próximos días si Saintout toma esa posta.
Este martes, Kicillof prefirió tomar distancia del acto que Alberto encabezó en Chapadmalal y permaneció en La Plata donde se reunió con su gabinete a quien le pidió que mantenga el foco en su gestión. Según trascendió, el Gobernador se mostró preocupado por la delicada situación económica y pidió a sus ministros destinar toda su energía a la gestión provincial.
Es que el ajuste que anunció Silvina Batakis puede tener un impacto directo en un gobierno que, desde su inicio al día de hoy, contó con millonarios fondos discrecionales de parte de la Casa Rosada.
Es que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) incluye la necesidad de achicar el déficit nacional a partir de la reducción del envío de partidas por fuera del reparto de impuestos a las provincias. Sin esos fondos discrecionales, Kicillof debería abocarse a lo que hicieron sus predecesores: pagar sueldos y mantener una ejecución de obra mínima.
Batakis conoce muy bien el problema, toda vez que le tocó remar esa esa situación siendo ministra de Daniel Scioli en años donde los recursos del ministerio de Economía de la Nación llegaban a cuentagotas.
Según un informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de La Plata la provincia de Buenos Aires presentó en 2021 un déficit de $95.000 millones, a pesar de haber recibido transferencias nacionales discrecionales de $ 194.000 millones por fuera de la coparticipación y transferencias automáticas.
Por lo pronto, la tensión de los últimos días entre Kicillof y los intendentes de la oposición tiene un trasfondo económico. La semana pasada se reunió con alcaldes del PRO y con radicales. Todos le plantearon la necesidad de actualizar los fondos provinciales que reciben para obras públicas a través el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM), un monto que se definió en diciembre pasado y que quedó relegado en relación a la inflación.
La reunión con los intendentes del PRO fue tensa. Incluso el malestar de Guillermo Montenegro (Mar del Plata) quien incluso amagó con levantarse y retirarse del Salón de los Acuerdos.
Lejos de calmar la situación, Kicillof rompió puentes y luego de la reunión salió a descartar cualquier llamado al diálogo como metodología para aplacar la crisis.