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Milei Planea Rediseñar el Gasoducto de Vaca Muerta: Un Golpe a Buenos Aires
Los indicadores del sector energético en Argentina son alentadores. El país ha recuperado su capacidad de autoabastecimiento y se ha consolidado como una plataforma exportadora de hidrocarburos, lo que se traduce en una balanza comercial con un saldo positivo de USD 5.000 millones este año. Este éxito se debe en gran parte al Gasoducto Néstor Kirchner y al desarrollo de Vaca Muerta.
El gasoducto que transporta gas desde la cuenca neuquina, partiendo de Tratayén en Neuquén hasta Salliquelló en Buenos Aires, es fundamental para su distribución a nivel nacional. El proyecto original contemplaba una segunda etapa para extender el gasoducto hacia el centro y el norte del país. La planificación inicial establecía que el segundo tramo se construiría desde Salliquelló hasta San Jerónimo en Santa Fe, con el objetivo de conectar con el sistema nacional de gasoductos.
"Lo estudiamos en profundidad. Para reducir costos y aumentar la eficiencia de la obra", mencionó a LPO un ex funcionario de Enarsa, refiriéndose a la necesidad de reconsiderar la ruta del gasoducto.
Sin embargo, el gobierno de Javier Milei está evaluando nuevas alternativas de traza. Esta iniciativa es vista como una parte de la disputa política con Axel Kicillof, que ya tuvo un primer episodio con la reubicación de la planta de GNL de Petronas de Bahía Blanca a Río Negro. Un documento de la empresa estatal de energía revela que la nueva propuesta consiste en extender el gasoducto desde La Pampa hasta Córdoba. Un experto consultado expresó: "Es una locura, pierde sentido haber llevado el caño hasta Salliquelló".
De acuerdo con un informe oficial de Enarsa, "Se analizaron las trazas con el objetivo de detectar posibles obstáculos para minimizar el impacto en inmuebles y el ambiente, especialmente de vegetación autóctona protegida". Esta revisión ecológica parece contrastar con la postura ambiental del gobierno de Milei, conocido por querer declarar a Greenpeace como organización terrorista.
Los detalles del informe sugieren que la ruta en Buenos Aires presentaría desafíos como "vegetación predominante arbustiva y zonas de actividad cinegética". Exfuncionarios de la gestión anterior consideran estos argumentos absurdos, ya que Enarsa ya había llevado a cabo estudios exhaustivos sobre el terreno y el impacto social, resolviendo las expropiaciones y firmando el proyecto ejecutivo. "Dar marcha atrás tiene un costo altísimo", señaló un exfuncionario.
Para los técnicos consultados, la única razón para cambiar la ruta es el castigo político hacia la administración de Kicillof. "Es lo mismo que le hicieron con el puerto de GNL de Petronas", comentó un especialista del sector. Los beneficios de contar con el gasoducto en una provincia incluyen regalías, desarrollo industrial y la creación de empleo, factores que no son menores para las regiones involucradas.