Política

"No me callo más, prefiero morirme”: la furibunda diatriba de Lilita contra los cambiemitas

En medio de la crisis interna que provocó en el seno de Juntos por el Cambio su ofensiva contra los supuestos socios de Sergio Massa en el espacio opositor, la líder de la Coalición Cívica (CC), Elisa Carrió, reapareció anoche en la escena política. “Si quieren que me vaya de Juntos por el Cambio, no tienen más que pedirme. Me puede desafiliar incluso de la Coalición Cívica. Ahora, cómo van a eludir una voz de 35 años en la Argentina”, advirtió.

Después de un raid mediático en el que lanzó una batería de críticas contra sus aliados de Pro y la UCR, una jugada que reavivó las tensiones en la heterogénea alianza por el futuro perfil de la fuerza, la exdiputada encabezó una charla en el Instituto Hannah Arendt, el think tank de su partido, acompañada por el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, a quien respalda como eventual candidato a jefe de gobierno.

Antes de ingresar al edificio, Carrió decidió hablar “por última vez” después del fuerte revuelo interno que se desató en Juntos por el Cambio por su cruzada para terminar con la “connivencia” de un sector de la fuerza con el massismo y el PJ. “Les quise poner un límite a todos con Massa. Sé que es amigo de Horacio, pero sé que no está en el negocio de la energía”, aseguró en diálogo con medios de prensa.

Tras el terremoto político que generó en el conglomerado opositor su embestida contra dirigentes de peso de la fuerza, la referente de la CC dijo que tiene “una tranquilidad de conciencia absoluta”. Pese a que se exhibió agotada, les reclamó a los jefes de Pro y la UCR que “hagan una reflexión profunda y muestren decencia desde arriba para abajo”. “Esos son mis 35 años de política. Me opuse a Alfonsín por el Pacto de Olivos. Ahora había que decir la verdad. Veo que los chicos se mueren todos los días por el narco o robos mientras la política está discutiendo internas”, puntualizó.

En la sede de la fundación de la CC, ubicada en el barrio porteño Recoleta, Carrió brindó un seminario junto con Quirós, quien aún no definió si competirá o no por la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta, sobre “pandemia, crisis y salud mental”. Apenas llegó al lugar, Carrió dijo que sus señalamientos hacia la interna de JxC no son una novedad para el resto de los integrantes de la fuerza. Incluso, insistió en que lo habló con Mauricio Macri y Larreta en privado. Hizo hincapié en que le llama la atención el “doble discurso” . “Yo esto lo vengo diciendo. No dije nada nuevo. Lo que pasa es que soy el medio para decir verdades que no es bueno escuchar. Pero si yo me callo, ¿no soy cómplice?”, sostuvo.

Mientras en Pro y la UCR la acusan de ser funcional al kirchnerismo con sus expresiones, la líder de la CC redobló la apuesta: afirmó que salió a “decir verdades” para que en las elecciones del año próximo “haya un Juntos por el Cambio decente”. Dijo que en muchos momentos calló, pero que actuó en silencio para cuidar a sus socios. Y volvió a arremeter contra Rogelio Frigerio por el caso de Joanna Picetti, exasesora en Aysa, a quien la justicia electoral le impidió asumir su banca por graves denuncias familiares. “Denuncié en silencio las grúas en la Ciudad, pero cuando fue el problema de la amante de Frigerio, me llama una chica de 16 años y me dice que si madre abusó de ella y ratifico en el juzgado. En 2017 dije: ‘o la sacan o me voy’. En ese momento sacaron a la chica, pero si esto sigue así, es un daño enorme”, relató.

En ese marco, Carrió dijo que aguarda que la coalición opositora “cambie en serio” para que haya un gobierno transparente. A su vez, renovó su ofensiva contra Cristian Ritondo, por la presunta “connivencia” con el massismo en la provincia. Además, lo acusó de haberla espiado con drones de la Policía Bonaerense. “Yo cubrí a un gobierno [por el de Cambiemos] y me tuve que aguantar operaciones de toda la SIDE de mi gobierno, de Ritondo, de Massa, que me afectaron a mi familia”, espetó.

Luego, Carrió insistió en que el resto de los jefes opositores deben hacer una reflexión. Y, pese a las fuertes tensiones que generó su diatriba contra Frigerio, Ritondo o Gerardo Morales, reiteró que la unidad de JxC está garantizada. “Quiero que hagan una reflexión profunda y muestren decencia desde arriba hasta abajo. Y si no, yo ya estoy fuera de todo, no quiero nada. ¿Cómo hago? Me quitan la palabra. ¿Eso no violaría la libertad de expresión?”, sostuvo.

Y remató: “Si quieren que me vaya de Juntos por el Cambio, no tienen más que pedirme. Me puede desafiliar incluso de la CC. Ahora cómo van a eludir una voz de 35 años en la Argentina”.

Minutos antes de ingresar de charla con Quirós, Carrió se quebró: dijo que le “duele” la Argentina y que lamenta ver a sus pares de Juntos por el Cambio en una disputa interna por las candidaturas. “Los que están discutiendo Patricia y Horacio son los temas de la ciudad. Estoy diciendo verdades antes de tiempo para que haya un gobierno decente de Juntos por el Cambio el año que viene. Y si no, no cuenten conmigo”, resaltó.

Antes de retirarse, dejó una suerte de ultimátum a sus aliados: “Yo no me callo más. No escondo más la verdad. Prefiero morirme”, concluyó.

El operativo “limpiar”

En el entorno de la referente de Juntos por el Cambio se muestran sorprendidos por la escalada del conflicto en el conglomerado opositor que provocó la cruzada de Carrió en los medios de comunicación contra los “massistas” que integran las filas del espacio. La propia Carrió dijo que les había avisado a Macri y a Larreta, entre otros, que saldría a delimitar la cancha al resto de los integrantes de Juntos por el Cambio que tienen lazos con Massa. Es que Carrió se puso en guardia desde que el tigrense fue designado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner como ministro de Economía.

Durante las últimas 48 horas, Carrió activó un operativo para “limpiar” y “purificar” a la principal coalición opositora. Frente a la sorpresa del resto de los jefes opositores, que redoblaban esfuerzos para minimizar los roces internos ante la crisis del Gobierno por el tembladeral económico y el avance del caso de Vialidad, donde Cristina Kirchner está siendo juzgada por asociación ilícita y fraude, la líder de la CC activó una “ofensiva preventiva”. Quiere evitar el avance del “pan-peronismo” en la fuerza para consolidar en Juntos por el Cambio los valores del “pan-republicanismo”.

Carrió incluyó entre sus blancos a Patricia Bullrich y Gerardo Morales, a quienes vinculó con Massa. Después de meditar durante varias horas si respondería o no públicamente, la titular de Pro puso en marcha un contra golpe: “No puedo ver con buenos ojos el espectáculo degradante de Elisa Carrió, al golpear a dirigentes de Juntos por el Cambio objetando sus conductas éticas. Y esto sin mirar la propia y la de sus aliados. Basta, Carrió”, enfatizó. Ese mensaje generó una ola de reacciones: desde el jefe de la UCR hasta LarretaMartín Lousteau y Alfredo Cornejo salieron a rechazar las declaraciones de la líder de la CC.

De inmediato, Maximiliano Ferraro y Juan Manuel López, referentes de la CC en el Congreso, salieron a cruzar a Bullrich y a respaldar a Carrió.No te preocupes ni exageres, Patricia, nosotros vamos a dar el debate que tengamos que dar para construir un Juntos por el Cambio mejor y alejado de oportunismos o cualquier connivencia panpejota que licúe el espíritu de nuestra coalición”, señaló Ferraro.

Tras el fuerte revuelo interno, el partido de Carrió emitió un comunicado en el que remarcó que las observaciones de la exlegisladora “contribuyen a un Juntos por el Cambio mejor, más sincero y plural”. “Juntos por el Cambio puede pedirle a Carrió que se retire definitivamente de la política, y tal vez es lo que quiere. Si eso sucede, lo hará, pero no puede pedirle que le mienta a la sociedad”, indicaron los altos mandos de la CC. 

Fuentes: LaMovidaPlatense.comVisionPolitica.infoNoticiasEnsenada.infoCriticaArgentina,com.ar y lanacion.com.ar