Política
José Mujica: el adiós de un símbolo de la política uruguaya
La noticia que conmovió a Uruguay y al mundo en abril de 2024: José Mujica, el ex presidente uruguayo, fue diagnosticado con cáncer de esófago. Desde entonces, su vida y salud han estado bajo el foco público, mientras sus seguidores y aliados políticos le brindaron apoyo en cada momento. Pero lo que muchos no esperaban era la fortaleza con la que Mujica enfrentaría el diagnóstico, y las últimas declaraciones que nos llegan, ahora más cerca de su despedida.
A lo largo de su vida, José Mujica ha sido un referente en la política uruguaya, pero también en el mundo, por su estilo simple y sincero. Sin embargo, hoy, a sus 89 años, está diciendo adiós de una forma única, fiel a su esencia.
El cáncer que se le detectó inicialmente en el esófago desapareció tras 32 sesiones de radioterapia, pero, lamentablemente, la enfermedad se ha expandido. Mujica detalló en una emotiva entrevista con el semanario Búsqueda que el cáncer ha llegado a su hígado, y que, por su edad y enfermedades crónicas, no puede someterse a más tratamientos.
“Estoy condenado, hermano. Hasta acá llegué”, expresó con un tono calmado, resignado, pero también sereno, como siempre lo ha sido. Esta es una de sus últimas entrevistas, en la que también estuvo presente su esposa, Lucía Topolansky, quien, aunque con lágrimas en los ojos, acompaña a Mujica en este difícil tramo de su vida.
José Mujica dejó en claro que no se someterá a más intervenciones médicas. Según él, lo único que desea ahora es descansar y pasar el tiempo que le quede trabajando en su chacra. “Que me dejen tranquilo. Ya terminó mi ciclo”, manifestó, pidiendo que no le pidan más entrevistas ni apariciones públicas.
Este ex guerrillero, que fuera presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, también se despidió de su gente, de su país y de su militancia política. Para él, la democracia se basa en respetar a los demás, aunque piensen diferente, y en ese contexto, le dedicó sus últimas palabras a sus compatriotas y compañeros de partido.
A pesar de estar alejado de la política activa, Mujica sigue siendo un símbolo para muchos uruguayos. Su figura aún tiene peso en la opinión pública y, aunque su espacio político, el Movimiento de Participación Popular (MPP), sigue creciendo, él ya no es quien toma las decisiones. Aún así, siente orgullo por el legado que deja y se va tranquilo, sabiendo que su lucha ha valido la pena.
En su día a día, Mujica sigue en su chacra, trabajando a su manera, siempre con su tractor, donde ya prepara el terreno para las generaciones futuras. Ha comprado un tractor nuevo, con la idea de dejar a sus seguidores "fierros nuevos", como él mismo lo dijo. Esta chacra, que está a nombre de Lucía Topolansky, será heredada por el MPP, el espacio que lo vio crecer y al que él siempre dedicó su vida.
El final de su historia será en este mismo lugar, su hogar, donde Mujica ha decidido que quiere ser enterrado, junto a su fiel perra Manuela, que le ha acompañado hasta el último momento.
Hoy, José Mujica nos dice adiós con humildad y fortaleza, sin miedo, pero con la certeza de que ha llegado el final de un ciclo. Sus palabras resuenan como siempre, sabias y claras: "Soy un viejo en el final".