Política
Kicillof, la Ley Fiscal y el laberinto de la Legislatura bonaerense
¿Por qué el gobernador Axel Kicillof parece decidido a encarar el año sin presupuesto ni Ley Fiscal? Esta pregunta intriga tanto a oficialistas como opositores, quienes analizan los efectos de esta decisión en un año marcado por la incertidumbre electoral y las internas políticas.
La Legislatura paralizada
Tras cancelar una reunión clave en enero, Kicillof optó por no retomar las negociaciones con la Legislatura para aprobar el presupuesto y la Ley Fiscal. En palabras del senador Marcelo Daletto, “la provincia necesita presupuesto para asignar fondos a educación y obras públicas”. Sin embargo, el Ejecutivo decidió evitar la discusión, generando descontento tanto en la oposición como dentro del oficialismo.
Internas que complican
La disputa interna entre el gobernador y sectores del kirchnerismo, liderados por Máximo Kirchner, es un punto central. Desde el Ejecutivo buscan culpar a La Cámpora por el fracaso en las negociaciones de diciembre, mientras que dirigentes como Andrés Larroque admiten que esta división impacta directamente en la gestión. “Nos gustaría sentirnos más acompañados”, expresó Larroque en una entrevista reciente.
Gobernar sin presupuesto: ¿una ventaja?
En la Casa de Gobierno algunos consideran que la falta de un presupuesto aprobado otorga mayor discrecionalidad al Ejecutivo. Sin restricciones, Kicillof puede administrar partidas según las necesidades políticas del momento, aunque esto podría generar tensiones con ministerios controlados por La Cámpora, que posiblemente reciban menos fondos que los previstos en el proyecto original.
La ausencia de la Ley Fiscal también plantea desafíos concretos. Por ejemplo, los impuestos inmobiliarios y automotores aún no tienen vencimientos definidos, lo que complica la recaudación. Sin embargo, la oposición asegura que el gobierno no enfrentará dificultades graves: los pagos de deuda en dólares para este año son manejables frente a una recaudación proyectada de más de 34 billones de pesos.
Marzo: el mes clave
El inicio del año legislativo, previsto para marzo, podría marcar un punto de inflexión. Kicillof deberá definir si desdobla o no las elecciones provinciales, una decisión que podría abrir espacio para renegociar la Ley Fiscal y la autorización de endeudamiento. Aún así, el Ejecutivo enfrenta problemas de representación: los ministros Pablo López y Agustina Vila no han logrado avances significativos, y la intervención de Gabriel Katopodis en diciembre fue insuficiente para destrabar la situación.
¿Qué sigue?
El año electoral, las internas partidarias y la falta de acuerdos en la Legislatura complican la gestión de Kicillof. Sin un presupuesto aprobado, el gobernador enfrenta una situación ambigua: mayor control sobre las partidas, pero menor margen de maniobra para negociaciones futuras.
La incógnita persiste: ¿logrará la provincia superar este estancamiento político? En marzo se esperan definiciones clave que podrían cambiar el rumbo del debate legislativo y, con ello, el destino financiero de Buenos Aires.