Política
La crisis en el Conicet: ¿está en peligro la ciencia argentina?
La reciente revelación sobre el desguace que prepara el gobierno de Javier Milei para el Conicet ha desatado una gran preocupación en la comunidad científica. La noticia ha generado una gran turbulencia dentro del organismo y ha forzado a su presidente, Daniel Salamone, a recluirse en su despacho, evitando el contacto con el directorio.
Para entender lo que está sucediendo, es importante destacar que Salamone, doctor en biotecnología y especializado en clonación de caballos y cerdos, está enfrentado con muchos miembros del directorio, compuesto por nueve miembros. A pesar de su vínculo con la ciencia, su postura ha sido criticada por llevar adelante una política de hostigamiento hacia el Conicet, impulsada por el sector de los libertarios.
El principal conflicto se centra en que Salamone considera que no tiene una mayoría suficiente designada por Milei, lo que lo coloca en una posición de desventaja frente al directorio. Esto ha generado tensiones dentro del organismo, tanto que Salamone llegó a abandonar el grupo de Whatsapp que compartía con los directores y con el secretario administrativo. Este grupo no estaba destinado a tomar decisiones estratégicas para la ciencia, sino a coordinar reuniones, pero su salida del chat dejó claro el deterioro de la comunicación.
En las últimas horas, la falta de diálogo se intensificó cuando Salamone evitó responder preguntas sobre su reunión con Federico Sturzenegger. Esta reunión alimentó los rumores sobre la posibilidad de desmembrar el Conicet y descentralizarlo en las provincias, lo que ha generado gran inquietud en el sector científico.
Si bien fuentes cercanas a la Casa Rosada aseguran que el nuevo decreto de Sturzenegger no afectará al Conicet directamente, ya que sus decisiones dependen del directorio en el que Salamone tiene una posición minoritaria, muchos científicos temen que el gobierno pueda intervenir el organismo y reducir su financiamiento sin necesidad de recurrir al directorio.
Esta crisis no solo afecta al Conicet. Otros organismos como el Instituto Nacional de Semillas (Inase), que cuenta con la influencia de empresas como Bayer, y el Instituto Nacional de Vitivinicultura, también están en alerta ante la posible desintegración o reestructuración por parte del gobierno.
La situación también ha generado preocupación en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes). En las últimas horas, Matías Kelly, uno de los miembros del directorio, renunció a su puesto, lo que refleja el malestar generalizado ante los cambios inminentes que se avecinan.
En este contexto, la comunidad científica argentina está viviendo momentos de incertidumbre, con un gobierno dispuesto a reconfigurar estructuras clave del sistema científico y económico. Solo el tiempo dirá si estos cambios afectarán negativamente al desarrollo de la ciencia y la investigación en el país.
El futuro del Conicet y de otros organismos clave sigue siendo incierto, y los próximos días serán cruciales para entender qué camino tomará el gobierno de Javier Milei respecto al sector científico.