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Agujero de ozono en la Antártida desafía patrones: cierra tarde y científicos alertan

Científicos del clima advierten sobre la inusual demora en el cierre del agujero de ozono antártico, que este año persiste más allá de lo habitual. Aunque el Protocolo de Montreal ha contribuido a la recuperación, fenómenos climáticos, posiblemente vinculados al cambio climático, podrían explicar este retraso. El Servicio Copérnico de Vigilancia de la Atmósfera destaca que el agujero se formó antes de lo normal y mantiene una extensión inusual de más de 15 millones de km². La persistencia más allá de diciembre se vincula a temperaturas estratosféricas frías y un fuerte vórtice polar.

El agujero de ozono antártico, esencial para protegernos de las radiaciones solares, suele cerrarse a finales de noviembre, pero este año desafía patrones climáticos. A pesar de los avances en la recuperación de la capa de ozono, su inusual longevidad preocupa a los científicos del clima.

El Servicio Copérnico de Vigilancia de la Atmósfera señala que desde 2020 los agujeros de ozono cierran mucho más tarde, hasta mediados o finales de diciembre. Causas como temperaturas frías, fuerte vórtice polar y factores como el cambio climático y eventos como la erupción del volcán Hunga-Tonga son considerados.

Vincent-Henri Peuch, Director del CAMS, subraya la importancia de seguir investigando para entender la evolución de la capa de ozono y destaca el éxito del Protocolo de Montreal en reducir sustancias dañinas para la atmósfera.