Política

El Submundo del Terrorismo Lumpen: telaraña política con terminales en el PRO y la AFI macrista

El papel de Nicolás Gabriel Carrizo, el emprendedor de los copos de azúcar, en la trama para matar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner comienza a cobrar cada vez más relevancia, de acuerdo con lo que surge de la información que se obtuvo de su teléfono celular.

Carrizo está detenido desde la semana pasada y la jueza María Eugenia Capuchetti, rechazó su excarcelación por considerar que puede entorpecer la investigación en curso, por lo que la apelación de su defensa a ese rechazo deberá ser resuelta la semana próxima por la Cámara Federal.

A diferencia de Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel -los primeros detenidos- que cuentan con defensores oficiales, Carrizo cuenta con los servicios de abogados particulares: Gastón Marano y Brenda Salva.

Marano fue asesor del senador nacional de Juntos por el Cambio, Ignacio Torres, en la Comisión Bicameral del Congreso de seguimiento de las agencias de Inteligencia. Salva es, a su vez, asesora de la diputada nacional por San Luis Karina Bachey, también del PRO. Las relaciones de los dos con legisladores de la oposición dieron pie a todo tipo de especulaciones.

El columnista de La Nación, Carlos Pagni, insospechado de kirchnerista, se preguntó irónicamente cuantas toneladas de de copos de azúcar habría que vender para poder pagar los honorarios de esos letrados.

También se mencionó al abogado Fernando Sicilia como integrante del equipo de defensa, pero éste lo negó. Sicilia fue defensor de dos exagentes acusados de espionaje ilegal en la AFI durante el gobierno de Mauricio Macri.

Sicilia le dijo a este cronista que es amigo de Marano, pero desmintió ser codefensor del jefe de los copitos. "Yo soy amigo de Marano y tengo otras causas con él. Pero en esta causa no. Cuando me dijo que iba a agarrar la defensa de Carrizo yo le dije que no, porque ya no tengo espaldas. Y además por un tema ideológico no quiero defenderlo. Quisieron matar a la vicepresidenta es un tema muy violento institucionalmente", aseguró.

Carrizo se presentó en una entrevista en Telefé como un inocente vendedor de copos de azúcar durante la mañana del 2 de septiembre menos de 24 horas después del intento de homicidio de la vicepresidenta del Senado. Estaba acompañada por Uliarte, quien fue arrestada ese fin de semana.

Lo más llamativo es que esa madrugada, antes de la nota colectiva en el noticiero de Telefé, Uliarte y Carrizo mantuvieron un diálogo sobre el ataque contra Cristina Fernández, en la puerta de su casa en la Recoleta

"La próxima voy y gatillo yo, Nando falló. Yo sí se disparar bien, no me tiembla la mano", le decía Uliarte a Carrizo minutos después del ataque, según reveló la agencia Télam.

Ese diálogo muestra además que Carrizo no sólo era el dueño de la máquina de hacer algodón de azúcar, sino que ejercía además otra suerte de liderazgo.

El diálogo sigue así:

-Carrizo: querés hacerlo?

-Uliarte: te juro que si. Y no me va a fallar el tiro. Pero hay que pensarlo bien. Pasa que Nando no tiene mucha práctica. Le tembló el pulso.

Al negar su excarcelación, la jueza Capuchetti escribió:

Cobra especial relevancia la actitud que puede revelarse a través de las comunicaciones que Nicolás Gabriel Carrizo sostuvo con posterioridad al hecho investigado, en el marco de las cuales hizo referencia al ocultamiento de elementos vinculados con la presente investigación, las cuales son materia actual de investigación

En uno de los párrafos de la resolución, la jueza hace referencia a que Carrizo le había dado a Sabag Montiel una pistola calibre 22, que no fue finalmente la que usó en el ataque contra la vicepresidenta.

La vicepresidenta se presentó como querellante en la causa, a través del abogado José Manuel Ubeira. "Lejos de querer colaborar, Carrizo quiso limpiar su imagen. Buscó incesantemente comunicarse personalmente con Brenda Uliarte luego del atentando, con la muy probable intención de planear cómo despegarse de la investigación", sostuvo la expresidenta.

La conexion española

Los vínculos entre Vox y la incipiente ultraderecha argentina tienen otra cara conocida. Agustín Laje, el politólogo de la provincia argentina de Córdoba y referente latinoamericano de la avanzada conservadora, es admirador de Vox y expresa algunos de los mismos componentes de su discurso desde la época en la que a Santiago Abascal no lo votaba ni su esposa. 

 

La explosión de la figura de Laje, que creció primero en el ámbito regional antes de convertirse en un actor de peso en el ecosistema antiprogresista local, fue anterior a la irrupción de Vox en la política española, al igual que los primeros contactos. Según afirmó en Facebook, Laje conoció a Abascal en noviembre de 2018 junto a su mentor, Nicolás Márquez. 

 

El tándem se encontraba en España gracias a una invitación de Hazte Oír, que organizó una serie de conferencias en nueve ciudades. Los autores le regalaron al líder de Vox un ejemplar de su bestseller El Libro Negro de la Nueva Izquierda. Durante los siguientes meses, las redes de Laje se llenaron de retuits y alusiones a la campaña de la formación de color verde.

 

El vínculo de Laje con la política española se afianzó en 2019, cuando el argentino se instaló en Navarra para cursar una maestría en filosofía. El viaje comenzó de manera auspiciosa: antes de empezar los estudios, Laje recibió junto a Márquez el premio Hazte Oír, en la categoría de “Batalla cultural”. Ya instalado, comenzó a opinar más asiduamente sobre el escenario español, y a principios de 2020 fue presentado por el periódico El Español como “el gurú que inspira a Vox”. “Me gusta de Vox que es una derecha subversiva”, dijo Laje en el extenso reportaje. Durante su estancia, el cordobés cristalizó su vínculo con el partido y se acercó a las fábricas de ideas que orbitan en el ecosistema conservador con las que no había tenido contacto previamente, como la Fundación Civismo, donde escribió un ensayo en abril del año pasado. 

 

Pero el fenómeno Vox trasciende a sus intermediarios. Para la juventud antiprogresista, aquella que copó los últimos asientos y los pasillos en el Palacio Paz, la figura de Abascal ocupa un lugar venerado dentro de la vasta lista de referencias internacionales, solo precedido por Trump y el presidente brasileño Jair Bolsonaro. Las intervenciones de Vox en el Parlamento se reproducen por varias cuentas de jóvenes, y no son únicamente los integrantes del Club de los Viernes quienes entraron en contacto con sus pares al otro lado del Atlántico. En uno de los grupos de WhatsApp que nuclea a estudiantes identificados como “liberales”, una tarde se compartió un link para ingresar a un grupo de la extrema derecha española, donde conviven seguidores de Vox, falangistas, Tercera posición y otras etiquetas asociadas, según rezaba la descripción del grupo, al espectro de la “Derecha alternativa”. 

 

Los jóvenes argentinos entraron y se encontraron también con otros de Paraguay y México, además de los españoles. Cada uno compartió experiencias de sus países, más que nada asociadas a la fuerza del feminismo. “Estuvo divertido, aunque me parecieron bastante extremistas”, recuerda uno de los participantes. “Están locos”. 


“Así como la izquierda es internacionalista, la nueva derecha está buscando formar parte de un panorama global y reunir fuerzas. Es lo que se está buscando hoy. Por algo existimos nosotros”, dice Watters. El director de Club de los Viernes Argentina opina que “Milei es la mejor persona del mundo” y expresa simpatías por Gómez Centurión, aunque lo ve como “medio colectivista en algunos aspectos”. Se muestra abierto a que Juntos por el Cambio deseche “a su ala izquierdista” para dar un giro a la derecha y convoque a algunos de los referentes del “liberalismo y la nueva derecha”. Menciona a apenas tres “nombres rescatables” del PRO: los diputados Francisco Sánchez y Waldo Wolff y Patricia Bullrich, la presidenta del partido y ex ministra de Seguridad, que hace unos meses viene acercándose a figuras del espectro liberal como López Murphy y Cachanosky, al igual que a youtubers e influencers antiprogresistas como El Presto y Emanuel Dannan.