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La ley antiespionaje de China pone en riesgo a empresas europeas que operan en el pais asiatico

La ley antiespionaje revisada de China, que entró en vigor el 1 de julio, preocupa a las empresas europeas que operan en el país, ya que les obliga a recopilar información sensible de sus proveedores chinos.

La ley, que amplía enormemente la definición de espionaje, otorga a las autoridades chinas un amplio margen de discrecionalidad para decidir qué constituye una amenaza a la seguridad nacional. Esto podría incluir la obtención de información sobre secretos comerciales, investigación y desarrollo, y datos relacionados con la tecnología, la medicina y la demografía.

Las empresas europeas temen que la ley pueda utilizarse para perseguirlas por actividades que consideran legítimas, como la diligencia debida corporativa o las auditorías de proveedores.

"Si las empresas no son capaces de cumplir los requisitos de la UE, que podrían conllevar responsabilidades civiles y penales, se verán obligadas a abandonar el mercado o, al menos, a reducir sus operaciones en China", declaró un portavoz.

La ley China contra el espionaje podría entrar potencialmente en conflicto con la legislación de la UE sobre sostenibilidad empresarial y la prohibición de la importación de productos fabricados con mano de obra forzada.