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Cristina Kirchner responde con ironía y contundencia a las amenazas de Javier Milei

Cristina Kirchner no se guardó nada al responder a las provocaciones de Javier Milei, quien había declarado su intención de "ponerle el último clavo al ataúd del peronismo con Cristina adentro". La ex presidenta, fiel a su estilo, no solo desestimó la amenaza, sino que la transformó en una crítica demoledora hacia la gestión actual. "¿Así que ahora también me querés matar?", ironizó, dejando en claro que las declaraciones de Milei no hacen más que exacerbar la polarización política y desviar la atención de las verdaderas problemáticas del país.

La expresidenta fue más allá, señalando la incongruencia entre las promesas de campaña del líder libertario y su accionar en el gobierno. "Resulta que ibas a dolarizar y terminaste copiándole la tablita del dólar a Martínez de Hoz", dijo, en una crítica que resonó fuerte, no solo por la referencia histórica, sino por la evidente contradicción en las políticas de Milei, quien se ha posicionado como un crítico acérrimo del establishment económico.

Además, Kirchner no dejó pasar la oportunidad para cuestionar la participación de figuras como Luis Caputo, ex funcionario del macrismo, en la gestión actual, en un claro intento por exponer la falta de coherencia entre el discurso libertario y sus acciones de gobierno. "Pensé que los plagios solamente los hacías con los libros", chicaneó, una frase que refleja no solo el sarcasmo característico de la líder peronista, sino también la intención de desenmascarar lo que ella considera una falta de originalidad y capacidad por parte del presidente.

Cristina también apuntó directamente a la inexperiencia de Milei en la gestión estatal: "como no tenés la más pálida idea de lo que es la gestión del Estado, terminaste pidiéndole ayuda a Macri", un golpe bajo que refuerza la narrativa de que Milei, lejos de ser un outsider antisistema, estaría recurriendo a viejas estructuras del poder que en su discurso prometía demoler.

Pero tal vez el punto más fuerte de su intervención fue cuando, en lugar de seguir el juego de las amenazas y el escándalo mediático, Kirchner puso el foco en las necesidades más urgentes de la población: "Sería bueno que, en lugar de insultar a diestra y siniestra, encontraras la forma de que los argentinos puedan volver a comer cuatro veces al día". Con esta afirmación, la ex presidenta hizo un llamado directo a la realidad social que atraviesa Argentina, desafiando al gobierno libertario a responder a las demandas básicas de la gente en lugar de centrarse en la retórica confrontativa.

Opinión: Más allá de las chicanas y el intercambio de insultos, lo que realmente está en juego en este cruce entre Cristina Kirchner y Javier Milei es la profunda crisis de legitimidad que atraviesan las instituciones políticas en Argentina. La polarización y la violencia discursiva no solo muestran la tensión entre dos modelos de país, sino que revelan la incapacidad de la clase política de ofrecer soluciones concretas a una ciudadanía cada vez más desesperada. Mientras los líderes se enfrascan en peleas personales, los problemas estructurales continúan profundizándose.