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Dimite el primer ministro de Portugal, António Costa, tras los caso de corrupción

El primer ministro de Portugal, António Costa, ha dimitido este martes en medio de una investigación por corrupción relacionada con proyectos energéticos. Tanto Costa como varios miembros de su Gabinete están siendo investigados por la Fiscalía portuguesa por presuntos crímenes de prevaricación, corrupción activa y pasiva, y tráfico de influencias en negocios relacionados con el litio y la energía de hidrógeno.

La Fiscalía confirmó en un comunicado que se llevaron a cabo registros en "espacios utilizados por el jefe de Gabinete del primer ministro", y que varios sospechosos han mencionado la implicación de Costa en el caso, acusándolo de "desbloquear procedimientos". El propio Costa declaró previamente que estaba dispuesto a colaborar con la Justicia en la investigación.

La investigación se centra en concesiones de explotación de litio en las minas de Romano y Barroso, en el norte de Portugal, así como en proyectos relacionados con la producción de energía a partir de hidrógeno y la construcción de un centro de datos en Sines. Los registros fueron dictados por la Fiscalía y se llevaron a cabo con la participación de la Policía de Seguridad Pública y la Autoridad Tributaria Aduanera. Se informa que incluso la residencia de Costa fue registrada como parte de las investigaciones por corrupción.

Las órdenes de detención se han emitido contra el jefe de gabinete del primer ministro y dos de sus administradores en la sociedad de consultoría "Start Campus", además de un abogado. Todos deberán comparecer ante la Justicia para ser interrogados. Además, el ministro de Infraestructuras, João Galamba, y el presidente del Consejo Directivo de la Agencia Portuguesa del Ambiente, se han declarado como sospechosos en este caso.

En una intervención televisada, António Costa anunció su dimisión y destacó que el cargo de primer ministro no es compatible con la "sospecha de la práctica de cualquier acto criminal". Afirmó que no tiene en su conciencia la práctica de actos ilícitos, pero considera que la dignidad del cargo de primer ministro no es compatible con ninguna sospecha.

Tras la renuncia de Costa, los próximos pasos a seguir serán decididos por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, quien tiene el poder de disolver la Asamblea de la República y convocar elecciones si lo considera necesario.