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No es con Todos: Edenor ya cobra la luz un 25% más con los medidores prepagos a los más pobres
En el contexto de un inminente y anunciado incremento de las tarifas eléctricas –que algunos calculan entre 20 y 40 por ciento- resalta una problemática social olvidada entre tantos sinsabores sociales y tiene que ver con un caso más de cómo los pobres constituyen un factor de recaudación para grandes empresas, en este caso EDENOR, distribuidora de electricidad en el norte del Gran Buenos Aires.
Desde hace unos años, aproximadamente por el 2008, EDENOR cortó con tanta dulzura, la de contemplar familias “enganchadas” por la extrema urgencia social y sacó de la galera el sistema de los “medidores prepagos” o cajitas de tamaño levemente superior al de un toma corriente que habilita el ingreso del fluído eléctrico a los hogares vulnerables.
Los medidores se convirtieron en realidad gracias a una Resolución, la 258/2018 De esta manera la gigantesca firma solucionó dos problemas importantes para su realidad comercial. Por un lado recauda periódicamente desde un sector social que prácticamente tenía perdido y que ahora está obligado a abonar. Por el otro, y esto también es importante, la empresa se permite cobrar un 25% más que los usuarios formales o residentes de la zona de influencia que pagan periódicamente el servicio a través de los circuitos comunes de suministro.
Edenor soluciona así un problema de caja propia y traslada problemas a estos sectores vulnerables quienes sufrirán con mayor dolor los futuros aumentos de tarifas del servicio regular porque, a eso, hay que agregarle siempre un 25% más.
Asimismo, nace un problema que va a contramano de lo esperado para estos sectores, porque dejan de tener el amparo legal y los derechos como usuarios al convertirse en compradores periódicos de un servicio prepago y, por tanto, no valen reclamos por avisos de corte anticipados, ni oscilaciones de voltaje ni nada de esas cuestiones.
Lucía Rasemberg es vecina de Pilar e integrante de la Red Multisectorial de Usuarios de servicios y conoce de cerca la problemática de los medidores prepagos, de los cuales ya hay en más de cien mil hogares del conurbano.
Rasemberg advierte que los medidores prepagos “son peligrosos porque no tienen mantenimiento y suelen ponerse en casillas precarias de madera y pueden recalentarse, quemarse y provocar incendios”.
Esto sucede porque “es muy endeble el material con que están fabricados, según me dijeron varios electricistas y por eso se han conocido de muchos casos en que han explotado”.
A los riesgos de medidores explotados e incendiados deberá agregarse que en un altísimo porcentaje en casillas precarias hay garrafas de gas con lo cual el riesgo de una tragedia está a la vuelta de la esquina.
UN CASO EMBLEMÁTICO
"Perdimos todo, nos quedamos con lo puesto", se lamentaba hacia fines del 2020 la dueña del lugar, Lorena Pereyra, en un reportaje con el programa Agenda Propia FM (105.9) y reproducido en el sitio www.pilardetodos.com.ar
Lorena tenía su casa en el mismo terreno de su hija y por la noche notó que el ventilador dejó de funcionar, y por eso se dirigió a la casa en donde está instalado el medidor prepago sospechando que se había quedado sin crédito
Entonces vio luces que le llamaron la atención y se asustó con las primeras llamaradas del equipo, que ya se venía recalentando desde hace varias semanas.
Poco pasó hasta que explotó el medidor y el fuego tomó la casa, y su yerno alcanzó a tirar la garrafa a tiempo, luego actuaron los bomberos y colaboraron vecinos con baldes y mangueras amortiguando un daño que fue bastante importante.
El de Lorena y su familia es tan sólo uno de los casos que se viene repitiendo periódicamente en conurbano norte. Por una de esas cuestiones empresarias, las prestatarias del sur del Gran Buenos Aires, Edesur y Edelap decidieron no colocar aún medidores prepagos.
LAS MANIOBRAS DE EDENOR
“El tema es que donde se colocan medidores prepagos no hay servicios y por eso a los sectores de bajos recursos no les queda otra que comprarlos y recargar de crédito como puedan, porque desde Edenor dicen que se puede cargar fácil desde un celular inteligente”, dice Rasemberg.
Ante esto la misma entrevistada responde que “Edenor no sabe lo que dice porque estamos hablando de mucha gente que no tiene ni teléfono, ni computadora y deben recargar en el kiosco de la esquina y rezar para que ese crédito no se les corte una noche lluviosa a las tres de la madrugada”.
Con muy buen marketing, Edenor transforma en una auspiciosa noticia la aparición de los medidores prepagos, llamados “MIDE” porque según ellos trajo una solución para aquellos clientes que no tiene la instalación, a la vez que podrán tener un control del consumo eléctrico de sus hogares para ahorrar energía.
Mediante el medidor prepago de Edenor, dicen en el entorno de la empresa, se va a llevar un control de la cantidad de energía que se consume en el mes en el hogar y permite pagar en efectivo en cualquier sucursal locales de cobros de impuestos.
El medidor prepago de Edenor funciona con un sistema de luces que advierte sobre etapas de consumo del crédito cargado, empezando con el verde cuando recién se recarga, el rojo que avisa sobre un crédito mínimo y el naranja que ya da cuenta de la obligación del ir al kiosco más cercano para comprar energía.
Por otra parte, no es fácil la operación de recarga, dado que hay que ir con el número de once dígitos correspondiente a la columna donde está el medidor y obtener, luego de pagar claro está, un código de 20 números que se debe recargar a través del teclado del medidor prepago.
Al momento de solicitar la recarga de saldo de Edenor Prepago tendrán que llevar el número de los 11 dígitos. Para poder saber cuál es mi numero de MIDE desde el teclado marcar 804 y tomar nota. Cada recarga cuenta con un código de 20 números que tendrás que ingresar en el teclado MIDE.
JUSTICIA PERSEGUIRÁS
Rasemberg aseguró que la Red acompañó varios reclamos administrativos para pedir la derogación lisa y llana de la mentada Resolución 258 y por tanto, estos medidores, pero Edenor sólo responde con tensos silencios, mientras que el Estado, a través del Ente Regulador de Electricidad (ENRE) se animó un poquito más, pero no mucho, señalando que ese reclamo lo tiene en estudio.
En cuanto al ENRE, vale decir, que entre tantas malas noticias generó una buena con una decisión a favor del sujeto colectivo de compradores prepagos y fue cuando obligó a Edenor a que disponga, como mínimo, de ciento cincuenta (150) Kilowatts Hora (kWh) para los usuarios y usuarias de medidores prepagos, que vean imposibilitada su recarga a través de medios virtuales, telefónicos o por cualquier otra vía y/o no cuenten con crédito de emergencia.
Sobre eventuales reclamos judiciales se estarían dando primeros pasos con juicios de daños y perjuicios ante explosiones e incendios por causa de estos medidores, pero desde asociaciones de usuarios estudian muy bien cada reclamo porque Edenor se presenta como distante de los llamados “daños no deseados” y no se muestra como una natural parte demandada al tratarse de una problemática de crédito prepago.
Con los medidores prepagos se deja de ser cliente o usuario de Edenor, porque el número de cliente del medidor común desaparece y así el usuario con medidor prepago pierde todos los derechos.
Desde la Red multisectorial y desde otras entidades piden a gritos que “se vuelva a colocar el medidor tradicional porque eso es lo que debe tener cualquier familia, para tener cierta seguridad en cuanto a su instalación eléctrica y además porque te resulta muy discriminatorio esta cuestión de tener ese medidor que los limita en el uso y que de por sí pagan más caro por un servicio malísimo”.
Tanto desde la Secretaria de Energia como la titular del ENRE, María Soledad Manín, se negaron a hacer comentarios respecto de la investigación que revela el fraude perpetrado por EDENOR con el aval de las autoridades del Estado, evidentemente la energía no es para todos.