Política

¿Y donde está el ministro?: China se quejó ante la Armada Argentina por asistir a Taiwan

La Oficina Comercial y Cultural de Taipei en la Argentina realizó el pasado 5 de octubre un brindis para conmemorar el 111° Día Nacional de la República de China (Taiwán). La invitación indicaba que la celebración se realizaría en la sede central del tradicional Centro Naval, uno de los clubes náuticos más importantes de la Argentina. La institución -que no depende de organismos estatales- suele alquilar sus salones para eventos privados, culturales y hasta casamientos.

Al tomar conocimiento sobre el mitin, la embajada de la República Popular China en Buenos Aires puso el grito en el cielo y comenzó con su ronda de presiones. No conforme con las explicaciones que le dieron en el gobierno, el agregado militar adjunto del régimen de Beijing en Argentina -Chu Xiaojie- presentó una queja escrita a la Armada que fue reenviada al Centro Naval donde se tomó conocimiento del insólito reproche diplomático.

Irónicamente, todo agregado naval o militar extranjero que es asignado al país, puede ser socio honorífico del club náutico.

El Centro Naval, como tantas otras organizaciones civiles, busca diferentes formas de financiamiento para continuar con sus actividades. Todas las delegaciones del club alquilan sus instalaciones, sus salones y la infraestructura deportiva para poder hacer frente a sus gastos. Esa infraestructura no sólo se pone a disposición de los socios sino también a terceros: desde empresas hasta particulares. La representación de Taipei es privada, por lo que el intercambio fue un arreglo comercial, de acuerdo a fuentes del Ministerio de Defensa consultadas por Infobae.

Desde el club explican que lo único que tienen en cuenta al momento de un alquiler es evitar que el acto que se desarrolle “vaya contra las costumbres de la institución, de lo culturalmente correcto, como cualquier club”. Como suele ocurrir, el Centro Naval no consultó a la Armada por el breve convenio de locación de la elegante sede de Avenida Córdoba y Florida, en el centro de la Ciudad de Buenos Aires.

Al tomar conocimiento sobre el alquiler, el agregado militar del régimen envió entonces su queja formal a la Armada diciendo que este tipo de actos iban en contra de la política del estado argentino de reconocer “una sola China”. De acuerdo a fuentes gubernamentales, desde la fuerza le aclararon a la embajada que el Centro Naval es un “organismo autónomo” y que como tal no respondía a órdenes y consignas oficiales “ni rendía cuentas” de sus decisiones.

La institución fue fundada en mayo de 1882 por los primeros egresados de la Escuela Naval Militar que pretendían dar a conocer sus actividades, promover la vida marítima y difundir los avances tecnológicos en el área que se desarrollaban. El edificio que despertó el enojo chino fue fundado en 1914 y es considerado el corazón del club. Las otras sedes están emplazadas en Tigre, Olivos, Núñez, La Plata, Mar del Plata, Puerto Belgrano y Bahía Blanca. Todas ellas son ofrecidas tanto a sus casi 11 mil socios como a entidades privadas para realizar diferentes actividades.

Durante la ceremonia, el Director General de la oficina taiwanesa en Argentina, Miguel Li-jey Tsao, destacó los valores democráticos y el desarrollo económico que encarna su país.

Las presiones por temas políticos, económicos y hasta culturales del régimen conducido por Xi Jinping a los países de la región no son nuevas. Se enmarcan en la diplomacia de Wolf Warrior que emprendió Beijing desde hace algunos años y que tienen como principal objetivo que los gobiernos se allanen a las exigencias diplomáticas tal como salen de la oficina del canciller Wang Yi, uno de los funcionarios más cercanos al jefe de la autocracia. Las notas de quejas, los llamados y las presiones son cada vez más habituales y no sólo se remiten a sedes gubernamentales sino también a redacciones periodísticas y empresas.