Política

El sátiro de Berlín atemoriza a las chicas de José C. Paz con el sádico amparo de Mario Ishii

Oscar "La Mole" Villaverde sería uno de esos típicos “gordos mafiosos cabeza de termo del conurbano”, que se mueven pesadamente en esa zona neutral ubicada entre dos mundos contrapuestos, en el bizarro submundo ubicado entre la General Paz y el interior bonaerense.

Esos mundos paralelos son el de los pobres muy pobres (los trabajadores y los muchísimos desocupados, todos indigentes) y los ricos muy ricos (empresarios despiadados, socios del poder y los políticos locales de larguísimo turno).

En esa zona neutral, donde el macabro paisaje de decadencia social muestra orgulloso a cientos de matones anacrónicos, criados a polenta y palos, se despliega un verdadero infierno que calcina a los más débiles, mientras los amos del poder disfrutan extasiados.

En ese marco de perversidad ilimitada, las mujeres pobres, a las que la "E" del verde fanatismo feminista nunca quiso empoderar, caen como moscas sin ninguna protección. Quienes están para protegerlas, son los que las ultrajan.

Por eso, en el municipio más pobre del GBA, conocido como “República Separatista de José C. Paz”, y liderado por el sultán ponchero Mario Alberto Ishii, no resulta extraño encontrar a personajes como Oscar “La Mole” Villaverde.

Asesor del diputado José Pérez, un esbirro histórico de Ishii, “La Mole” se mueve por el distrito como pez en el agua, revestido de impunidad.

Para despuntar varios de sus vicios, aseguran fuentes de esta investigación periodística, Villaverde disfrutaría de las mieles de ser el propietario de Berlín, un antro bailable ubicado en Obes y Gelly.

Durante las descontroladas noches berlinesas de los fines de semana de José C. Paz, La Mole Villaverde desplegaría todos sus “encantos” tratando de seducir a jovencitas habitués del lugar.

Aunque en verdad, el modo “seducir” en él parece no encajar y difiere bastante con el de la creencia popular. Más bien se parece a un salvajismo medieval.

Una fuente que por temor prefiere el anonimato absoluto, reveló al portal CríticaArgentina.com.ar que el accionar de Villaverde con las mujeres en Berlin es delincuencial. “Las persigue, les regala tragos, entradas gratis y otros beneficios, para obtener algo de ellas”, sentenció. 

En el caso de las chicas que no acceden a su sometimiento sexual, se obsesiona, consigue sus números de teléfonos y las hostiga llamándolas a toda hora para decirles barbaridades. Su persecución llega a límites inaceptables”, graficó la informante.

Acá en José C. Paz todo el mundo le teme, porque es un malandra dispuesto a todo y es un protegido del diputado José Pérez y del intendente Mario Ishii. Todos lo conocen como ‘el sátiro de Berlín’. Aquellos que se le resisten terminan mal”, finalizó.


¿Quién es Mario Ishii?


La verdad detrás del intendente de José C. Paz


Mario Ishii, conocido como "El Japonés", ha sido una figura constante en la política de José C. Paz, y muchos lo ven como un líder eterno, pero también como un personaje envuelto en controversias.

Su historia política está marcada por escándalos, denuncias de corrupción y acusaciones de clientelismo. ¿Cómo un hombre logra mantenerse en el poder durante más de dos décadas?.

Desde sus inicios como chofer de un diputado provincial, Ishii ascendió rápidamente dentro del Partido Justicialista (PJ), hasta convertirse en intendente de José C. Paz en 1999.

Sin embargo, la historia no es tan sencilla. Desde entonces, su gestión ha estado envuelta en graves denuncias, y su relación con el poder ha sido inquebrantable.


Los escándalos que rodean a Mario Ishii


Uno de los episodios más notorios ocurrió en 2014, cuando un asesor suyo fue arrestado en un caso relacionado con el narcotráfico.

Gustavo Collado Correa, detenido en Rosario, portaba un carnet que lo identificaba como asesor ad honorem de Ishii. Este vínculo llevó a investigaciones que involucraban a José C. Paz como un centro operativo para la distribución de drogas.

Aunque Ishii negó su participación directa, las sombras de la corrupción y el narcotráfico siguieron rondando su gestión.

No es la única vez que su nombre ha sido relacionado con la corrupción. En 2013, su municipio fue investigado por fraude en la entrega de planes sociales.

Se descubrió un esquema en el que los fondos destinados a ayudar a los más necesitados eran mal utilizados, y la trama involucraba a punteros políticos cercanos a Ishii.

Estos manejaban los planes "Argentina Trabaja" de manera discrecional, lo que desató una ola de críticas.


Un maestro del clientelismo


Mario Ishii ha sabido consolidar su poder a través del clientelismo. Desde la década del 2000, ha utilizado los planes sociales como una herramienta para asegurarse la lealtad de sus seguidores.

En su época, los volantes amenazando a los empleados públicos con perder su trabajo si no asistían a los actos políticos se volvieron comunes en José C. Paz.

El uso de estos métodos no es sorprendente para quienes conocen su estilo de gobernar. Ishii siempre ha sido un oficialista, sin importar quién esté en el poder.

Ha sido aliado tanto de Néstor Kirchner como de Mauricio Macri, mostrando una notable capacidad de adaptación a los cambios políticos de Argentina.


Las ratas que nadie ve


Una de las críticas más recurrentes es la situación social en José C. Paz, una localidad que ha sido gobernada por Ishii durante más de dos décadas.

Pese a sus promesas de cambio y mejora, las condiciones de pobreza y marginalización no han variado significativamente. A nivel simbólico, las "ratas" de la corrupción y el clientelismo siguen infestando su administración.

La falta de transparencia y los vínculos con el narcotráfico son solo la punta del iceberg. Para muchos, Ishii representa el arquetipo del “barón del conurbano”, con poder absoluto en su territorio, pero con un historial de manejo cuestionable.


¿Cómo seguirá el futuro de José C. Paz?


A pesar de los escándalos, Ishii sigue al frente de José C. Paz. La gran pregunta es si su legado será recordado por su habilidad para mantenerse en el poder o por las denuncias que siguen acechando su gestión. Mientras tanto, las "ratas" de la corrupción continúan corriendo libres.