CABA
Frío reencuentro: tensión entre Kicillof y Cristina en el aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo
El reciente encuentro entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner en La Plata, en el marco del aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo, resalta las profundas tensiones que atraviesan el kirchnerismo. La cita, impulsada por Estela de Carlotto, simboliza un intento de unidad que, sin embargo, se tradujo en un acto gelido, donde ambos líderes optaron por no cruzar palabra alguna.
El ingreso de Kicillof y Cristina al Teatro Argentino fue el momento más tenso de la jornada. Las voces del público, que alternan entre "Cristina presidenta" y "Axel querido, el pueblo está contigo", reflejan no solo el fervor militante, sino también las divisiones latentes dentro del espacio. En medio de la cacofonía, Kicillof, consciente de la tensión, optó por contener su discurso y abordar el acto con cautela, haciendo referencia a la recuperación de la Sala Ginastera como un logro en oposición a la "desidia de la derecha".
Sin embargo, lo que debería haber sido un acto de conmemoración se convirtió en un escenario de evidente fricción política. La falta de interacción entre ambos dirigentes deja entrever un trasfondo de desacuerdos que han escalado en las últimas semanas. La negativa de Kicillof a respaldar la candidatura de Cristina para la presidencia del PJ nacional ha profundizado la brecha, alimentada por las declaraciones de figuras cercanas a Máximo Kirchner y la crítica abierta de la ex presidenta.
El discurso de Carlotto, que subrayó la importancia de la memoria y la unidad, chocó con la realidad palpable de la desunión kirchnerista. A pesar de su intento de evitar referencias directas a la interna, sus palabras no ocultaron la fractura existente. La frase de Kicillof sobre que "la lógica de someterse o traidor provocó malos resultados" no es más que un eco de la profunda crisis que enfrenta el kirchnerismo.
En este contexto, la relación entre Kicillof y Cristina está en su punto más álgido, y cada aparición pública es un recordatorio de que las divisiones no solo son ideológicas, sino que también marcan el futuro del movimiento. La falta de diálogo y la renuencia a abordar las diferencias de manera constructiva sugiere que la unidad que tanto se anhela en el kirchnerismo sigue siendo un objetivo distante y difícil de alcanzar.