Política

Gobierno japonés enfrenta críticas globales por plan de verter agua residual nuclear en el océano Pacífico

En una controvertida decisión, el gobierno japonés ha anunciado planes para verter más de un millón de toneladas de agua residual nuclear almacenada en la central de Fukushima en el océano Pacífico. Esta medida se debe al agotamiento del espacio de almacenamiento causado por la necesidad de enfriar los reactores dañados desde el devastador terremoto y tsunami de magnitud 9 que golpeó la costa noroeste de Japón hace más de una década.

Después del desastre de Fukushima, se utilizó agua de mar para enfriar los reactores y el combustible nuclear fundido. Durante los últimos 12 años, la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO) ha estado almacenando diariamente alrededor de 130 toneladas de esta agua residual en contenedores.

Sin embargo, la falta de espacio ha llevado al gobierno japonés a tomar la controvertida decisión de verter estas aguas residuales en el océano Pacífico. Aunque se afirma que el agua residual será tratada antes de ser vertida, aún contendrá el isótopo radioactivo tritio y otros radionucleidos.

Esto ha generado una preocupación significativa tanto a nivel nacional como internacional. Los expertos advierten que estos elementos podrían propagarse a través de las corrientes oceánicas y afectar la fauna marina, así como representar un riesgo para la salud humana en caso de consumo de mariscos o exposición a aguas contaminadas.

Corea del Sur y China expresaron su enojo y preocupación ante la posibilidad de una contaminación radiactiva a largo plazo en sus costas. Una coalición de 25 organizaciones pesqueras coreanas ha protestado por escrito ante la embajada japonesa, argumentando que la industria pesquera sufrirá daños devastadores debido a la falta de confianza en la seguridad de los productos marinos provenientes de la región.

 

China ha calificado la decisión de Japón como "egoísta e irresponsable" y ha expresado su descontento con respecto a los posibles efectos de la contaminación radiactiva en toda la región. Por su parte, Hong Kong ha anunciado que prohibirá la importación de mariscos provenientes de áreas cercanas a Fukushima para garantizar la seguridad alimentaria de su población.

Las Islas Marianas del Norte, situadas a 2.500 kilómetros de Japón, también han condenado el vertido de agua residual nuclear en el océano Pacífico. Instando a los nipones a considerar alternativas de almacenamiento a largo plazo y a utilizar la mejor tecnología disponible para el procesamiento de los desechos nucleares.