Política

Inflación, salarios mínimos y pérdida de poder adquisitivo: la crisis que golpea a los trabajadores

El retroceso de los salarios mínimos, el más pronunciado desde la crisis de 2001, refleja el impacto de la inflación descontrolada y los ajustes tarifarios. A partir de diciembre de 2023, la devaluación generó un alza del 25,5% en la inflación mensual, provocando una pérdida inicial del 15% en el salario mínimo. A pesar de algunos repuntes posteriores, las caídas continuaron hasta alcanzar un nivel inferior al de 2001.

Aunque los aumentos salariales impulsados por las negociaciones paritarias y la desaceleración de la inflación lograron frenar algunas caídas, la recuperación sigue siendo insuficiente. El salario promedio de los trabajadores registrados ha caído drásticamente, y las subas recientes no han logrado compensar la pérdida acumulada, con un 20% de retroceso respecto al máximo histórico.


Los desafíos estructurales de la crisis salarial


Este deterioro salarial refleja un retroceso estructural que afecta especialmente a los sectores más vulnerables de la población. El salario mínimo se encuentra actualmente un 60% por debajo de su máximo histórico, alcanzado en septiembre de 2011, lo que agrava la situación de millones de personas en un contexto económico incierto.

El descenso sostenido en el poder adquisitivo del salario mínimo y de los trabajadores formales no solo afecta el consumo interno, sino que también amenaza la estabilidad económica de las familias más vulnerables. Con la inflación fuera de control, el ajuste de salarios corre detrás de los aumentos de precios, creando un círculo vicioso que complica aún más la recuperación.


El camino hacia la recuperación: políticas públicas urgentes


La clave para revertir esta tendencia está en las políticas públicas de mediano y largo plazo. Sin una intervención decidida, esta crisis puede convertirse en una herida estructural, afectando la economía durante muchos años. Las medidas para restaurar el poder adquisitivo de los trabajadores y frenar la inflación serán esenciales para superar este momento.

Frente a este panorama, el desafío es claro: cómo restaurar el poder adquisitivo perdido y garantizar la estabilidad económica. Las políticas de ajuste salarial deben alinearse con el control de la inflación para evitar que el retroceso económico se profundice aún más.