Política

“Soy hija de la paridad”: Malena busca replicar en el país la lucha por la igualdad de genero

Malena Galmarini no está sola. La referencia no tiene que ver con Sergio Massa, ahora ministro por triplicado. La presidenta de Aysa tiene un armado político que la respalda dentro del Frente Renovador (FR). Las mujeres de ese espacio son un semillero joven y con militancia territorial. Muchas de ellas no son (aún) caras conocidas, pero ocupan segundas líneas en ministerios nacionales y bancas en la Legislatura bonaerense y en concejos deliberantes. Entre las principales referentes están Marcela Durrieu, madre de Malena, exdiputada nacional y exconcejala de San Isidro; la diputada nacional María Jimena López; Mónica Litza, diputada nacional y directora de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas del Frente Renovador; Micaela Ferraro, secretaria de Abordaje Integral del Ministerio de Desarrollo Social; Sofía Vannelli, senadora por la Primera sección y Luciana Padulo, diputada por la Séptima sección en la provincia de Buenos Aires, por nombrar solo a algunas.

La construcción femenina del Frente Renovador tiene a Galmarini como jefa e interlocutora indiscutida y a Durrieu como maestra y “reina madre”. Tres integrantes del espacio hablan del flamante ministro de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura y de la titular de Aysa como un “binomio” y destacan su particular estilo de conducción. “Danzan acompasados”, describe Padulo, responsable de Educación en Tigre durante la gestión Massa.

Cuando uno va más adelante, espera al otro. Cuando uno se manca, el otro está para bancar. Eso no es muy común en la política

Ferraro forma parte de la historia del Frente Renovador y de las mujeres en ese espacio. En ese camino marca un antes y un después: la ley de Paridad en la provincia de Buenos Aires, la primera de todas, sancionada antes que la ley nacional. La incorporación real de mujeres de todas las fuerzas políticas en los poderes legislativos fue producto, cree, de “la conducción de Malena y de una construcción posterior, vinculada con la formación de cuadros” y “con el entramado de acompañamiento en el ejercicio del poder real”. “Lo que nos permite avanzar es hacerlo juntas”, dice Ferraro. La dirigente enfatiza que fue la paridad la que les permitió crecer en número y en experiencia –algo que los varones acumulan más–, plantear temas y negociar en condiciones similares.

Vanelli coincide en que la paridad fue la gran pelea que dio el FR en Buenos Aires con Galmarini como la gran articuladora. “Soy hija de la paridad”, afirma. La senadora define a las mujeres del massismo como “una construcción diversa con distintos perfiles”, preparadas para “trabajar y construir políticas públicas no solamente en materia de género, sino en distintos aspectos de la gestión”. “Buscamos caminos prácticos para estar conectadas con la realidad de las mujeres para generar herramientas que nos permitan transformar sus vidas”, explica. “Es uno de los mandatos que Malena nos impone”.

Sergio escucha, Malena dignifica

Los 24 días de Silvina Batakis al frente de la cartera de Hacienda no alcanzan para analizar las prioridades de su agenda, deglutida por el alza del dólar, la inflación y las conversaciones con los acreedores internacionales. El incendio contenido desde los anuncios de cambio de Gabinete incluye las mismas demandas urgentes para atender a mujeres e infancias, los sectores más golpeados por la crisis económica. Con ese foco, la tropa de Galmarini plantea al unísono la necesidad del reconocimiento de las tares de cuidado, desde distintas perspectivas: jardines maternales, gestión menstrual, obligación parental. Estos temas fundamentales para las mujeres cruzan directamente la agenda económica.

A nivel legislativo, Vanelli sostiene la necesidad de que se trate la obligación parental, un proyecto colectivo de las mujeres del FR y presentado en la Cámara de Diputados por María Jimena López: “Hablamos de visibilizar el problema que tienen las mujeres para discutir la cuota alimentaria frente a situaciones de violencia económica y también lo que viven en relación a la falta de acceso a la Justicia”.

Los jardines maternales son otra urgencia que señalan las militantes del massismo. Padulo es especialista en educación y dice que la pelea por la construcción y funcionamiento de más espacios de primera infancia no se resume en una demanda, sino que están trabajando en el presupuesto para esta nueva infraestructura de cuidados.

Ferraro entiende que uno de los principales problemas consiste en visibilizar quiénes están en peores condiciones socioeconómicas. “Parece que todo tiene que ver con la macroeconomía y con parar la inflación, pero no hay que perder de vista que las más pobres son las jefas de hogares monoparentales y que, por supuesto, la inflación nos empobrece mucho más a nosotras”, sostiene. Está convencida de que si se ordena la macroeconomía es posible “crecer con desarrollo” y “siempre mirando a las mujeres”.

Sabemos que la clave para poder salir de la violencia, para romper con las desigualdades, es la autonomía económica

Todas las dirigentes coinciden en que Galmarini es la garantía de las voces feministas en el matrimonio político y en la vida real que conduce el Frente Renovador. Destacan del tigrense su capacidad de escucha. Según Vanelli, “Sergio confía en lo que le decimos y lo toma”. Padulo cree que “Malena es artífice y garante de una agenda con perspectiva de género en materia económica, como lo fue con leyes en el Congreso en forma silenciosa”. El caso de la aprobación del aborto legal en diciembre de 2020 es uno de los posibles ejemplos de la “danza acompasada” a la que se refiere la legisladora bonaerense cuando describe el modo de conducción: Galmarini operando tras bambalinas y Massa coordinando en el recinto. De hecho, personas muy cercanas al tigrense creen que aún no ha sido debidamente reconocido su trabajo a la hora de conseguir la luz verde para la ley 27.610.

Las tres referentes están conformes y esperanzadas con que por fin se haya escuchado el reclamo general –del sector en el que militan- de que Massa tomara las riendas. La arquitectura de la economía del país en los próximos meses estará en manos del jefe del Frente Renovador, que deberá jugar el Jenga más difícil de su carrera política, un camino compartido con su compañera, que lejos de ser una figura decorativa, tiene tropa propia y demandas específicas.