Política

Juicio a las Juntas: justicia, memoria y el renacer democrático

9 de diciembre de 1985, un día que marcó el futuro democrático de Argentina y selló el compromiso con los derechos humanos. En esa histórica jornada, los jueces de la Cámara Federal dictaron sentencia en el Juicio a las Juntas Militares, un proceso inédito en el mundo que sentó en el banquillo a los principales responsables del terrorismo de Estado de la última dictadura (1976-1983).

La fecha elegida no fue casual: el fallo se leyó el 9 de diciembre, garantizando que las sentencias ocupasen las tapas de los diarios el Día Internacional de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre. Ese día simbolizaba, además, dos años de democracia recuperada tras la asunción de Raúl Alfonsín. Pero el contexto no era sencillo. Argentina vivía una tensa calma con rumores de un posible golpe militar y el gobierno había declarado el estado de sitio semanas antes.


El juicio de la memoria y la verdad


El tribunal, compuesto por seis jueces, escuchó 833 testimonios que retrataron el horror vivido en los centros clandestinos de detención. Víctor Basterra, uno de los testigos más esperados, relató las vejaciones sufridas en la ESMA y presentó pruebas clave que identificaban a represores. Estas evidencias, junto a los relatos de otros sobrevivientes, sacaron a la luz la dimensión del plan sistemático de represión ilegal.

Jorge Luis Borges, presente en una de las audiencias, describió el juicio como una experiencia que le permitió vislumbrar el infierno, impactado por la serenidad con que las víctimas narraban su calvario. Sus palabras reflejaron el sentimiento colectivo de quienes presenciaron el proceso: “Siento que he salido del infierno”.


Sentencias que dividieron opiniones


El fallo condenó a perpetua a Jorge Videla y Emilio Massera, mientras que Leopoldo Galtieri y otros tres acusados fueron absueltos, lo que generó indignación en la sala. Hebe de Bonafini, símbolo de las Madres de Plaza de Mayo, protestó con su pañuelo blanco, convirtiendo ese momento en un acto de resistencia. Sin embargo, el impacto del juicio trascendió las absoluciones: marcó un precedente mundial al juzgar crímenes de lesa humanidad en un tribunal civil y democrático.


Un legado para el futuro


El alegato final del fiscal Julio Strassera quedó grabado en la memoria del pueblo argentino: “Señores jueces: ‘Nunca más’”. Estas palabras no solo cerraron el juicio, sino que consolidaron un compromiso nacional con la justicia, la memoria y la verdad. El Juicio a las Juntas fue el primer paso de un largo camino de reparación histórica que continúa hasta hoy, con procesos judiciales que reivindican a las víctimas y sus familias.

Este 9 de diciembre, a 38 años de la sentencia, Argentina recuerda con orgullo un hito que transformó su historia y reafirmó que, frente al horror, solo la justicia puede garantizar el “Nunca Más”.