Política
La sucesión de Larreta: el bastión del PRO entre sospechas y disputas internas
Ya pasaron dos semanas, pero en el seno de Pro aún no logran digerir la imagen de Horacio Rodríguez Larreta junto a Martín Lousteau durante el “locro patriótico” que organizó el radicalismo porteño por el 25 de Mayo. “No vamos a permitir que le entreguen la Ciudad a los radicales”, avisaron los macristas después de que Larreta y Lousteau intercambiaran elogios desde el escenario en Parque Norte.
Esa postal activó la disputa en Juntos por el Cambio por la sucesión del jefe porteño e hizo crujir las estructuras de Pro en su casa matriz. Es que la participación de Larreta en el acto de Lousteau, en el que la UCR capitalina hizo una demostración de fuerza y ungió al senador como su candidato para la batalla porteña, enardeció a los detractores del alcalde en el macrismo y en el bullrichismo, que sospechan de sus movimientos y su apuesta por un modelo aperturista.
Los “halcones” temen, sobre todo, que la Ciudad se convierta en una pieza más del armado nacional de Larreta. Es decir, que pueda facilitarle con sigilo al líder de Evolución Radical, uno de sus socios más cercanos y quien ya integra el gobierno, la llegada al sillón de Uspallata en 2023 a cambio del apoyo de un sector de la UCR a su candidatura presidencial. Larreta lo niega y, para calmar los ánimos internos, promete reglas de juego claras para la competencia y repite que sí o sí habrá un candidato de Pro para pelear por la jefatura de la Ciudad en las elecciones del año próximo.
“El problema no es lo que hace Horacio, sino lo que no hizo el Pro. Nosotros tendríamos que haber tenido nuestro locro”, reflexiona uno de los principales referentes del macrismo, quien tendió puentes durante los últimos días para aplacar la incipiente tensión en el bastión opositor. Sin embargo, los “halcones” siguen al acecho de Larreta. Se quejan de que el Pro porteño, que conduce Claudio Romero, un dirigente cercano al alcalde, se convirtió en un “Ministerio de Uspallata”: dicen que está “intervenido” por el larretismo y que “no tiene vida propia”.
En el larretismo relativizan las tensiones. Repiten como un mantra que el Pro -y Larreta- tendrá su candidato en el distrito. Es más, destacan el rol preponderante que asumió Jorge Macri desde que desembarcó en Parque Patricios como ministro de Gobierno. Está claro que el exintendente de Vicente López apuesta a posicionarse como el sucesor de Larreta, con la bendición del jefe porteño y de su primo, Mauricio, y a fortalecer al Pro para la pulseada con Lousteau. También pretende cosechar el apoyo de Patricia Bullrich, quien aún no definió a quien respaldará en la Capital. pero avala los armados de dos “halcones” con aspiraciones: Waldo Wolff y Juan Pablo Arenaza.
En la tropa de Wolff, uno de los nexos en Pro con Javier Milei y los libertarios que responden a Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos), apuestan por el segmento “halcón liberal”. Mientras recorre la Capital, Wolff avisa que el espacio debe diversificar su oferta electoral en el distrito. Arenaza, un dirigente de confianza de Patricia Bullrich y vicetitular de Pro de la Ciudad, también sale a jugar. De hecho, publicó un tuit filoso contra Larreta tras el “locro patriótico” de Evolución en Parque Norte: “Me confunden las actitudes del jefe de gobierno y sus ganas de que Lousteau sea su sucesor. Vamos a trabajar desde el Pro para seguir gobernando esta ciudad”, lanzó Arenaza.
Larreta le abrió las puertas de su Gabinete a Jorge Macri, quien se convirtió en un virtual vicejefe -un puesto vacante tras la salida de Diego Santilli y que ocupa formalmente Emmanuel Ferrario, vicepresidente primero de la Legislatura porteña-. El primo del expresidente no solo irrumpe en cada actividad de gestión, sino que escoltó a Larreta en el Tedeum y en su última cita con el “círculo rojo”, en el Icon Alvear Hotel. Ese día el alcalde lo sentó al lado suyo en la mesa principal. ¿Un mensaje interno?
Pese a que los ministros Fernán Quirós (Salud) y Soledad Acuña (Educación) también exhiben deseos de pelear por el sillón principal de Uspallata, hay armadores larretistas que no dudan que el elegido será Jorge Macri, por su experiencia en gestión. Incluso deslizan que hay un acuerdo. Pero cerca del alcalde repiten que no cerró con nadie y que les permite “correr a todos”.
Si decidiera jugar, Quirós no pretende tener un rol de partenaire, es decir, integrar una fórmula e ir como vice: “No puedo asegurar de ninguna manera que no me vaya a postular. Depende de las circunstancias y del plan de gobierno”, avisó esta semana. Los laderos de Larreta no lo descartan al ministro de Salud ni a María Eugenia Vidal. La exgobernadora, en tanto, sigue enfocada en recorrer el país para “conocer las demandas de cada sector” y generar propuestas. No habla de candidaturas.
Enfocado en sobrevolar las internas por las candidaturas y no interferir bajo el lema ”no hay favoritos”, una táctica para equilibrar la competencia y acumular poder, Macri da señales de que buscará fortificar al Pro en su bastión. “No estamos al tanto de ningún si hay un acuerdo entre Horacio y Lousteau”, avisan desde el macrismo.
El fundador de Pro y su primo Jorge se juntaron en Martínez horas después del acto que compartieron Lousteau y Larreta en Parque Norte. El encuentro entre ambos estaba previsto y figuraba en sus agendas, pero sus colaboradores no esperaban que difundieran una foto. “Lo vi con fortaleza y entusiasmo con la Ciudad”, deslizó el expresidente.
Lousteau también niega un pacto con Larreta -aunque en su tropa esperan un gesto del alcalde- y se alista para competir. Logró alinear al radicalismo detrás de su postulación -así lo expresó la Convención Nacional en La Plata-, intensifica sus recorridas y recluta socios para arrebatarle al macrismo su bastión. Evolución Radical se presentará como una “continuidad con cambio” de la gestión del larretismo.
El senador visualiza que el Pro unificará una candidatura en la Ciudad -Jorge Macri, Vidal o Quirós- una vez se aclare el panorama en el macrismo por la postulación presidencial. Eso sí, en caso de que no se apruebe la boleta única en el Congreso -cambiaría el escenario en la Capital- y que la elección sea unificada, pedirá que los candidatos a jefe de gobierno vayan colgados de todos los postulantes a presidente de JxC. Esa jugada pondría en guardia al sector de Facundo Manes. “No se le puede negar la boleta a nadie. Hay que incentivar la competencia”, repiten en Evolución.
En el radicalismo porteño consideran que Larreta debería “conducir” al Pro si quiere ser candidato a presidente. Por eso, esperan que el alcalde patee el tablero y bendiga a Lousteau como su sucesor. “Sería una demostración de carácter y una señal de apertura. Martín es el único que le puede aportar votos que no tiene a su candidatura presidencial”, afirman fuentes de la UCR Capital.
Otra intriga: ¿Larreta unificará la elección porteña con la nacional o piensa desdoblar para ponerse por encima de la interna? Los radicales anhelan que desacople.
El viernes se produjo el primer chispazo entre Jorge Macri y el sector de Lousteau. Emiliano Yacobitti, armador del economista, salió al cruce del ministro de Larreta, quien declaró que “nunca estuvo del lado del kirchnerismo”. “Son muchas las formas y los motivos de haber estado al lado del kirchnerismo”, replicó Yacobitti.
Una interna entre Jorge Macri, Lousteau y un “halcón”, como Wolff o Arenaza, podría generar realineamientos en el tablero de Juntos por el Cambio en la Capital. Por ejemplo, no está definido aún si Confianza Pública, la fuerza de Graciela Ocaña, jugará con Lousteau o Jorge Macri. También podrían tener un candidato propio para la PASO, como Ocaña o Diego García Vilas, quien conduce el interbloque oficialista en la Legislatura porteña.
Atentos a la crispación social con la clase dirigente, en la CC no quieren hablar de candidaturas, pero no descartan tener un postulante -Paula Oliveto dijo que tiene aspiraciones- si la oferta de la Ciudad “no expresa todo el espíritu de JxC”.
El desafío que se asoma para Ferrario y García Vilas es evitar que la interna por la sucesión impacte a la hora de votar en la Legislatura. Si bien el larretismo apuró la aprobación de los proyectos clave para su gestión, como la rezonificación del predio de Costa Salguero, antes del recambio legislativo, el oficialismo enfrentará batallas en las que necesitará los 31 votos de la bancada. Fuente: lanacion.com.ar