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La UCR y sus "traidores": un partido en crisis

La Unión Cívica Radical (UCR) se encuentra en un momento de gran tensión y descontento interno. La reciente incorporación de Marcelo Román, intendente de Allén, a las filas de La Libertad Avanza (LLA) marca un punto de quietud en la historia del partido centenario. Este episodio no solo pone en evidencia la fragilidad del radicalismo, sino que también refleja la creciente polarización del panorama político argentino bajo el mandato de Javier Milei.

Desde que cinco diputados radicales se "pusieron peluca" para apoyar las políticas del actual gobierno, la UCR ha comenzado a delinear una lista de "traidores" que han optado por alinearse con las decisiones que contradicen los principios del partido. Las acciones de Román, quien ganó su cargo en 2023 bajo el estandarte de la UCR, y su reciente ascenso como vicepresidente de LLA a nivel local, subrayan un patrón de deslealtad que inquieta a las bases.

Las reacciones ante esta traición son furiosas. Agustina Madariaga, miembro de la mesa directiva de la UCR, expresó que Román se ha alejado de la "orgánica del partido" y de los ideales que, según ella, distan de la dirección que Milei y Villaverde han impuesto en la provincia. Esta situación revela una clara fractura entre aquellos que todavía se identifican con la tradición radical y aquellos que buscan nuevos horizontes, aunque estos sean a costa de sus raíces.

Román, al ser cuestionado sobre su cambio de lealtad, respondió con desdén hacia las críticas internas, desestimando la relevancia del partido en su carrera política. Sin embargo, su declaración de que “a veces duele más el dardo del enemigo cuando es de adentro y no de afuera” sugiere que, a pesar de su aparente desinterés por la UCR, el conflicto le afecta.

La lucha por el futuro del radicalismo no se limita a las cuestiones de lealtad individual, sino que refleja un dilema más amplio: ¿debe la UCR alinearse con Milei y el creciente fenómeno de LLA, o debe reafirmar sus ideales tradicionales ante un electorado cada vez? más polarizado? Con las elecciones legislativas de 2025 a la vista, la UCR enfrenta el desafío de definir su identidad en un contexto donde Juntos por el Cambio parece perder relevancia frente a un bipartidismo emergente entre LLA y Unión por la Patria.

Este momento de crisis es una oportunidad para que la UCR reflexione sobre su futuro. ¿Logrará recuperar la confianza de sus bases, o se perderá en el camino de las alianzas oportunistas? La respuesta a esta pregunta será crucial no solo para el partido, sino también para el futuro del panorama político argentino.