La Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner conoce muy bien de su capacidad como “newsmaker” y de poner en agenda y reactivar los mecanismos para se pongan los caballos delante del carro.

Así las cosas, con un solo video en su cuenta de twitter le alcanzó para mandar el mensaje que más quería y es avisar de la atmosfera de parcialidad en que se van envolviendo sus procesos a punto de contar con el alegato de los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola en la causa Vialidad, donde ya trascendió un alto pedido de condena.

Más allá de esta puesta en contexto, hay que detenerse en la forma en que apuntó contra dos jueces, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi cuya permanencia en la Sala i de la Cámara Federal porteña da soporte a una verdadera tensión, dado que los magistrados se encuentran en forma apenas hilvanada y “muy transitoria”.

Ocurre que, luego de que el Senado Nacional votara el cese de sus traslados a la cámara y, por consecuencia, su regreso a suS respectivos tribunales orales, la permanencia de ambos se mantiene, dado que está trabada en el Consejo de la Magistratura la designación de los reemplazos en la Sala I.

Sin embargo, la irritación por el fallo que ambos firmaron hace unos días para sobreseer al ex Presidente Mauricio Macri en la causa de espionaje a familiares de víctimas del submarino Ara San Juan fue uno de los desencadenantes de la reacción de la actual titular del Senado. 

En buen romance, la permanencia de Bruglia y Bertuzzi en la Sala I, aunque sea transitoria y con alguna cuenta regresiva, sigue provocando problemas dado que no están allí para dejarle los sillones cómodos y calentitos a quienes sean designados.

Los magistrados, además, también husmearon e hicieron la situación más cómoda en la causa “plan AMBA” en la cual  los ex jefes de la AFI Silvia Majdalani y Gustavo Arribas están sospechados fuertemente de realizar espionaje político a la entonces oposición y haber habilitado de manera presuntamente ilegal nuevas bases de operaciones de ese organismo.

DOS SUPLENTES EN TRÁNSITO

En cuanto al perfil de los cuestionados jueces que juegan a ser camaristas cabe destacar que Bruglia nació en Buenos Aires en junio de 1955 y cursó la secundaria en la Escuela Nacional de Comercio N° 3. 

Se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1984 e Ingresó en la Justicia federal en febrero de 1975, trabajando durante casi 10 años en el Juzgado Federal N° 2 porteño

En febrero de 1990 pasó al Ejecutivo como Director de sumarios del Ministerio de Salud de la Nación, en ese momento a cargo de Eduardo Bauzá hasta que en 1992, el entonces presidente Carlos Menem envió su pliego para que sea designado como juez del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4, cargo que asumió en septiembre de 1993.

Como juez de ese tribunal oral tuvo a su cargo el juicio por el caso del avión de LAPA y la causa por sobreprecios en la Casa de la Moneda, en la que fue condenado.

Bruglia es uno de los más firmes seguidores –muchos lo señalan como coautor- de la famosa doctrina “Irurzún” (del camarista Martín Irurzún) que prevé que un ex funcionario nacional puede contar con apoyo suficiente de la repartición donde ocupó el cargo como para alterar investigaciones y, por tanto, es válido dictar prisiones preventivas, como ocurrió en los casos del ex Vicepresidente, Amado Boudou y el ex ministro de Planificación, Julio De Vido.

Por su parte, Bertuzzi también proviene de un Tribunal Oral en en lo Federal 4,  tiene 48 años; nació en Lomas de Zamora en julio de 1970 y se recibió de abogado en la Universidad Católica Argentina (UCA) en octubre de 1994. 

Tiene un doctorado en Derecho Penal en la Universidad del Salvador y además realizó un posgrado en la Universidad de Salamanca (España), ejerciendo  la docencia en la Universidad de Buenos Aires (UBA), en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y en el Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina (IUPFA).

Es un “nacido y criado en tribunales” o NyCET dado que Ingresó a los tribunales de Comodoro Py antes de cumplir 20 años, siendo su primer trabajo en el Juzgado Federal N° 3 porteño, en el que tuvo como jefes a los jueces federales Néstor Blondi primero y Carlos Liporaci.

En 1996 se trasladó al Juzgado Federal N° 12 para trabajar como secretario junto al polémico juez federal Carlos Branca, quien fue destituido al año siguiente, permaneciendo en este juzgado hasta 2002, cuando su titular ya era juez Sergio Torres. Luego, Bertuzzi empezó a trabajar en el Ministerio Público Fiscal como secretario de una Fiscalía ante los Tribunales Orales Federales porteños.

En 2008, gana el concurso del Consejo de la Magistratura y obtiene acuerdo del Senado, asumiendo como juez del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de La Plata, para luego trasladarse al Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4 porteño, que tenía a Bruglia entre sus magistrados. 

Dicen los más informados en tribunales que en mayo de 2018 fue Bruglia quien le propuso al Consejo de la Magistratura que elijiera a Bertuzzi para ser subrogante en la Sala I de la Cámara. El Consejo hizo caso y hasta recomendó su traslado definitivo a la Cámara.

Si bien todo fue convalidado por decretos del entonces Presidente Mauricio Macri, lo cierto es que luego el Senado de Nación dejó sin efecto los traslados, aunque el regreso de ambos al Tribunal Federal sea motivo de una larga espera cargada de tensión.