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Visita histórica del Papa Francisco a Mongolia: importancia evangelizadora y geopolítica

El Papa Francisco ha llegado a Ulán Bator en el que marca un hito histórico como el primer pontífice en visitar Mongolia, un país con una comunidad católica de apenas 1400 personas en una población total de casi tres millones y medio de habitantes. Su viaje sigue los pasos del fraile franciscano Giovanni da Pian del Carpine, quien llegó a Mongolia en 1246 con la misión de evangelizar las tribus de las estepas asiáticas, enviada por el Papa Inocencio IV.

A su llegada, el Papa fue recibido por la ministra de Asuntos Exteriores, Battsetseg Batmunkh, y experimentó una usanza típica del país al recibir yogur seco. La ceremonia oficial de bienvenida se llevará a cabo el sábado, permitiendo al Papa descansar tras un largo vuelo de 9 horas y media y el cambio horario.

Además de su importancia evangelizadora, el viaje del Papa a Mongolia también tiene relevancia geopolítica, ya que busca estrechar posibles lazos con Pekín y Moscú, cuyos Gobiernos aún no han extendido una invitación oficial al Papa.

Durante el vuelo, el Papa Francisco envió bendiciones "de unidad y de paz" al pueblo chino y a sus autoridades mientras sobrevolaba el espacio aéreo de China. En respuesta, China expresó su deseo de "reforzar la confianza mutua" con el Vaticano, aunque ambos Estados no mantienen relaciones diplomáticas formales. Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, declaró que China está dispuesta a mantener un diálogo constructivo con el Vaticano y mejorar las relaciones bilaterales.

Esta visita histórica del Papa Francisco a Mongolia promete tener implicaciones tanto religiosas como geopolíticas en la región, con el objetivo de fomentar la paz, el entendimiento y el diálogo entre diferentes naciones y culturas.