La pelea entre Juan Manzur y Martín Guzmán demora el decreto presidencial que debe contener el Presupuesto para este año, trabado por el ajuste a las provincias que quiere instrumentar el ministro de Economía y que activó el regreso de las cumbres de gobernadores en el CFI.
El tucumano, alineado en esta pelea con los gobernadores, resiste la instrumentación del decreto de Presupuesto que diseña Guzmán, en sintonía con el ajuste que acordó con el FMI.
Manzur como jefe de Gabinete tiene a su cargo la ejecución del Presupuesto, al menos desde el plano formal y desde ahí se apalanca para trabar el trámite y forzar a Guzmán a una negociación. En la cumbre del CFI revelada, gobernadores como Jorge Capitanich y Axel Kicillof, entre otros, dejaron en claro que el acuerdo con el FMI ponía en riesgo las transferencias a las provincias, vía obras y también en subsidios.
Los fondos para transporte es el otro eje de pelea y este martes quedó en evidencia con las duras declaraciones del sanjuanino Sergio Uñac, que suele ser muy medido en sus cuestionamientos a la Casa Rosada.
La tensión interna es tan intensa como difícil de aceptar, al punto que deja al Gobierno sin argumentos públicos. Ninguna fuente oficial explicó por qué no aparece el DNU en el que trabaja Martín Guzmán para formalizar el ajuste acordado con el FMI sobre el gasto público y la reducción del déficit fiscal. Para tomar esa medida el Gobierno no depende del Congreso, en el que no pudo aprobar la ley de leyes para este año, y sólo se necesita una firma del presidente. Pero el DNU, que supuestamente iba a publicarse a mitad de abril, sigue sin aparecer. Ni en Economía ni en la Rosada explican el por qué.
La demora mantiene en vilo a los gobernadores, que están preocupados en el impacto que tiene en las provincias la falta de Presupuesto y los alcances del DNU que está redactando Guzmán.
En la reunión secreta que los gobernadores tuvieron un par de semanas atrás en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), se acordaron una serie de puntos para exigirle al Gobierno y uno de ellos era que en el DNU se dejaran establecidas las obras públicas para las provincias, y las transferencias de fondos.
Hasta entonces, los gobernadores deben encarar negociaciones continuas con Manzur, que a su vez debe pedir permiso a Guzmán para gastar. Además de soportar la incertidumbre por no saber cuán afectadas se verán sus distritos por el ajuste. Los ministros también necesitan de la previsibilidad que daría el decreto para saber con cuántos fondos cuentan para lo que resta del año.