Cuando una idea se mete en el corazón de la gente, generalmente es porque tiene algo de verdad. Y esto sucede con la noción de llamar al intestino el "segundo cerebro". ¿Por qué? Bueno, resulta que el intestino tiene más neuronas que la espina dorsal y, lo que es más interesante, ¡funciona independientemente del sistema nervioso central!

Recién salido del horno, un grupo de investigadores argentinos, liderados por el doctor Facundo Pereyra, acaba de publicar un estudio bomba en la revista Neurogastroenterology and Motility que ilumina las oscuras entrañas de los trastornos intestinales y sus ramificaciones en síntomas que van más allá de la digestión.

Los resultados de este laburo suman evidencia a una idea revolucionaria: lo que pasa en nuestro intestino, especialmente con nuestra pandilla de microbios intestinales, tiene un impacto enorme en nuestro bienestar general.

El doctor Pereyra, gastroenterólogo de pura cepa del Hospital Cipolletti en Río Negro, y con más recorrido que la cinta asfáltica, dio el pulso de este estudio. Y la cosa es seria, ¿eh? Este tipo está formado en la Universidad del Salvador, el Hospital de Clínicas y el Hospital Udaondo, ¡nada menos!

Para clavarle el micrófono en la boca a estos genios, Infobae se mandó a entrevistar al doctor Pereyra y a otro crack en la materia, el doctor Luis Bustos Fernández, ex jefe de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE). Los dos estuvieron detrás de este estudio titulado “Prevalencia de síntomas extraintestinales según subtipo de síndrome del intestino irritable”. ¿Qué tal?

El doctor Pereyra, con la confianza de quien sabe de qué está hablando, dijo que este es el primer laburo que saca a la luz las manifestaciones fuera del intestino asociadas al Síndrome del Intestino Irritable (SII), una cuestión que todavía no había sido bien trinchada por la medicina.

Ahora, vamos a los bifes. El estudio se hizo con casi 5 mil personas y reveló que más del 70% de los pacientes con SII tienen síntomas que no tienen nada que ver con la digestión, como dolores en el cuerpo, picores en la piel y hasta síntomas de depresión. ¡Un tremendo quilombo, che!

Y esto no es solo un problema de los que tienen el SII. Es que, según Pereyra, este rollo del intestino conectado con el cerebro y el sistema inmunológico es clave para entender cómo nos afectan las enfermedades. En criollo: si tenés síntomas en la panza y en otros lugares del cuerpo, es probable que tengas un quilombo en el sistema inmunológico y digestivo.

Pero acá no termina la película. El doctor Bustos Fernández agregó que este estudio puso en evidencia algo que los médicos ya venían sospechando: que los problemas intestinales vienen con un combo de síntomas que afectan todo el cuerpo, no solo la panza. Por eso, tiró la posta de que hay que tratar todo el paquete, no solo un pedacito.

Ahora, a lo que vinimos. Este estudio se mandó una investigación en la que se preguntó a la gilada con el SII sobre sus síntomas, y se descubrió que había diferencias importantes dependiendo del tipo de problema intestinal. Mirá vos, qué interesante.

Los que se la pasan estreñidos tienen menos síntomas y menos obesidad, pero los que tienen diarrea tienen más antecedentes de alergias y más problemas en el pellejo. Y los que tienen un batiburrillo de diarrea y estreñimiento, son los que más sufren con síntomas como dolores en las articulaciones y picores.