En las últimas horas se conocieron declaraciones del papa Francisco que llamaron la atención del mundo, en especial por el diagnóstico común al realizado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. “Se ha declarado la Tercera Guerra Mundial”, apuntó el sumo pontífice en relación al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, generado luego de la decisión de Vladimir Putin de invadir al país europeo.
En la misma sintonía, el líder de la iglesia católica manifestó que “quizá, de alguna manera, fue provocada o no impedida”, según la transcripción de la conversación que mantuvo hace unos días con los directores de las revistas culturales europeas de la Compañía de Jesús.
Hace unos años se me ocurrió decir que estábamos viviendo una Tercera Guerra Mundial en pedazos. Ahora, para mí, se ha declarado la Tercera Guerra mundial. Y este es un aspecto que nos debe hacer reflexionar. ¿Qué le está pasando a la humanidad que ha tenido tres guerras mundiales en un siglo? (Francisco)
Asimismo, el sumo pontífice afirmó sobre el conflicto bélico que “hay que alejarse del patrón normal de que Caperucita Roja era buena y el lobo era malo. Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados”.
En tanto, Francisco contó que un Jefe de Estado que conoció antes del comienzo de la guerra le expresó su preocupación “por cómo se estaba moviendo la OTAN”.
Le pregunté por qué y me respondió: ‘Están ladrando a las puertas de Rusia. Y no entienden que los rusos son imperiales y no permiten que ninguna potencia extranjera se les acerque’ y concluyó diciendo que ‘la situación podría conducir a la guerra. Ese jefe de Estado supo leer las señales de lo que estaba pasando (Francisco)
Por otra parte, el líder religioso señaló que el mundo corre el riesgo de “no ver también todo el drama que se desarrolla detrás de esta guerra, que quizás de alguna manera fue provocada o no impedida. Y registro un interés en probar y vender armas. Es muy triste, pero básicamente esto es lo que está en juego”.
Y aclaró que no está a favor de Putin. “No, no lo estoy. Es simplista y erróneo decir tal cosa. Pero estoy simplemente en contra de reducir la complejidad a la distinción entre el bien y el mal, sin pensar en las raíces y los intereses, que son muy complejos”, remarcó.