

Después de un domingo complicado en varias provincias, el panorama para el peronismo se puso espeso. Los resultados de las elecciones en Chaco, San Luis, Salta y Jujuy encendieron las alarmas en La Plata y abrieron preguntas que nadie se anima a responder del todo. ¿Qué está pasando con el Partido Justicialista?
“Fue un día difícil para el peronismo”, reconoció sin vueltas Carlos Bianco, uno de los funcionarios de más confianza de Axel Kicillof, en medio de un clima de autocrítica contenida. La derrota fue clara: en las cuatro provincias el Partido Justicialista fue superado, ya sea por fuerzas locales o por candidatos ligados a La Libertad Avanza. Incluso en San Luis, históricamente territorio de los Rodríguez Saá, el PJ se desdibujó.
En algunas provincias, como Salta y Jujuy, los referentes del espacio que encabeza Cristina Kirchner quedaron relegados a lugares marginales, peleando voto a voto con la izquierda. El retroceso fue fuerte y no pasó desapercibido en la provincia de Buenos Aires, donde el kirchnerismo mantiene aún su mayor caudal político.
Desde el entorno de Kicillof evitaron repartir culpas o meterse en internas ajenas. “Con los quilombos que tenemos acá, ¿voy a meterme en otras provincias?”, soltó Bianco, marcando distancia. Sin embargo, advirtió que hay preocupación por la apatía del electorado. La participación fue baja, algo que ya se viene viendo desde las elecciones legislativas de 2021.
Pero no todo quedó en lo electoral. Hay otra alarma que suena fuerte: los municipios están complicados. Según reveló Bianco, varios intendentes bonaerenses advirtieron que están al límite para pagar sueldos y aguinaldos. “Algunos vienen pagando en cuotas y la situación es crítica”, dijo. La causa, según el ministro, es clara: la recesión nacional, la baja en la recaudación y en los fondos de coparticipación.
El problema económico, sostiene el gobierno bonaerense, ya se siente en todos lados: comercios vacíos, obras frenadas y una industria paralizada. Y, como si fuera poco, los recursos del Estado también se achican.
Los analistas no tuvieron piedad. Para consultoras como Aresco y Opina Argentina, el Partido Justicialista viene perdiendo peso no solo en las urnas, sino también en lo ideológico. “No hizo una buena elección en ningún lado”, fue el veredicto.
Hoy, más que nunca, el oficialismo se enfrenta a un doble desafío: reconectar con una sociedad que parece haberle soltado la mano, y sostener la gestión con una economía en picada. Mientras tanto, el silencio de Cristina Kirchner pesa. ¿Se reconfigura el mapa del peronismo o es el principio del fin?