

En los últimos días, el gobierno de Javier Milei volvió a tomar una decisión que generó controversia: el aumento en el presupuesto de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), un organismo clave en el aparato del poder estatal. Esta vez, se destinaron 25 mil millones de pesos adicionales, con una parte importante para gastos reservados, es decir, fondos que pueden ser utilizados sin ningún tipo de control o supervisión pública.
Este giro en la reasignación presupuestaria fue aprobado mediante la Decisión Administrativa 10/2025, publicada en el Boletín Oficial. De los 25.250 millones de pesos adicionales, 8.000 millones se asignan directamente a gastos reservados, fondos que pueden ser usados sin necesidad de justificar cómo se gastan. Este tipo de maniobra no es nueva, pero siempre genera debates sobre la transparencia y la necesidad de rendir cuentas ante la sociedad.
Uno de los principales críticos de esta decisión ha sido el exdiputado Alejandro "Topo" Rodríguez, quien ha señalado que Javier Milei está evitando que estas ampliaciones sean discutidas en el Congreso. Según él, el gobierno opta por aprobarlas directamente desde el Poder Ejecutivo, eludiendo el debate parlamentario. En cuanto a los gastos reservados, Rodríguez afirmó que "no hay que rendir cuentas", lo que abre un abanico de interrogantes sobre la justificación de estos recursos.
Lo interesante es que este aumento no es aislado. Hace menos de dos meses, Javier Milei ya había autorizado un incremento en el presupuesto de la SIDE por más de 7.300 millones de pesos, incluidos 1.650 millones en gastos reservados. Además, el año pasado, la SIDE había recibido una aprobación en los papeles de Santiago Caputo, quien controla políticamente el organismo, para disponer de 100 mil millones de pesos en gastos reservados, aunque el Congreso rechazó este decreto en una movida inesperada.
La SIDE está formalmente bajo la dirección de Sergio Neifert, pero en la práctica, el poder está más concentrado en las manos de Santiago Caputo, un hombre clave en la administración de Javier Milei. Caputo, con su estrecha relación con el presidente, tiene un control significativo sobre los destinos financieros del organismo. Esto plantea nuevamente la pregunta: ¿por qué tanta concentración de poder en un organismo que maneja recursos sin control?
La falta de control sobre los gastos reservados ha sido un tema recurrente en la discusión pública, y la asignación de recursos a la SIDE no es una excepción. El gobierno sigue utilizando su poder para evitar el debate sobre cómo se distribuyen y gastan los recursos públicos. Esto podría generar dudas sobre la transparencia y el uso efectivo de los fondos, especialmente cuando el país atraviesa un momento económico complejo.
En resumen, los aumentos en el presupuesto de la Secretaría de Inteligencia del Estado, bajo la administración de Javier Milei, no solo reflejan el manejo de recursos sin mucha supervisión, sino también el poder concentrado en figuras clave como Santiago Caputo y Sergio Neifert. ¿Qué está detrás de estas decisiones? Solo el tiempo lo dirá.