

La iniciativa contaría con amplio respaldo parlamentario: fuentes legislativas estiman que podrían sumar unos 140 votos, con apoyo del radicalismo ligado a Facundo Manes y diputados del centro. Según trascendió, detrás de la operación también se mueve Sergio Massa, quien mantiene vínculos activos con los gobernadores de Innovación Federal, como Gustavo Sáenz (Salta) y Hugo Passalacqua (Misiones).
La avanzada busca llenar dos de los tres lugares vacantes que la Cámara de Diputados debe designar en la AGN, organismo clave para auditar las cuentas del Estado. Esos cargos están vacíos desde hace más de un año, lo que permitió al pichettismo argumentar que no se puede seguir esperando a que el PRO y La Libertad Avanza resuelvan su pulseada interna.
El movimiento no cayó bien en la Casa Rosada, que ya inició gestiones con los gobernadores para intentar frenar las designaciones, aunque sin éxito aparente hasta el momento.
Con este escenario, solo quedaría disponible una banca más en la Auditoría, y tanto el macrismo como el oficialismo pelean por ocuparla. El PRO impulsa al ex ministro de Trabajo Jorge Triaca, mientras que desde el entorno de Javier Milei proponen a Santiago Viola, apoderado legal del partido y hombre de confianza del círculo presidencial.
La postulación de Monzó responde a una estrategia del propio Pichetto, quien habilitó su nominación tras semanas de rumores sobre su posible desembarco en el organismo. El ex titular de la Cámara de Diputados durante el gobierno de Macri se acercaría así a un lugar institucional clave, a pocos meses de terminar su mandato como legislador.
Por su parte, Forlón es una ficha impulsada por La Cámpora y cuenta con el respaldo tácito de Massa. Ya había ocupado ese cargo durante el gobierno de Cristina Kirchner, luego de haber sido director del Banco Nación. El tigrense, aunque intenta mostrarse como mediador entre el cristinismo y el kicillofismo, continúa moviéndose para proteger los intereses del kirchnerismo duro.
La jugada coordinada entre el pichettismo, Unión por la Patria y otros sectores opositores —los mismos que impulsan la comisión investigadora por el escándalo Libra— representa un nuevo dolor de cabeza para el oficialismo. “Se están matando entre Lospennato y Adorni”, deslizó una fuente parlamentaria sobre el creciente desorden en la interna libertaria.
En los despachos oficialistas ya barajan la posibilidad de una derrota inevitable. “Si se vota, tienen los números. La única chance es que no haya quórum”, reconocieron con resignación desde La Libertad Avanza.