

En un giro que ha encendido el debate sobre la libertad de prensa en Argentina, el presidente Javier Milei ha establecido nuevas normas para el acceso de periodistas a la Casa Rosada. Entre las medidas anunciadas por el vocero presidencial, Manuel Adorni, se incluye la creación de una "sala de prensa de élite", donde solo podrán ingresar periodistas que "demuestren que merecen estar cerca del presidente", evaluando criterios como la experiencia, la audiencia del medio y la relación contractual con sus empleadores.
Además, se implementará un "botón muteador" que permitirá silenciar a los periodistas durante las conferencias de prensa si se exceden en el tiempo o interrumpen al personal de prensa. También se ha propuesto un sistema denominado "Gran Hermano periodístico", donde el público votará qué periodistas pueden participar en las ruedas de prensa.
Estas medidas han sido criticadas por organizaciones de derechos humanos y periodistas, quienes las consideran un ataque a la libertad de prensa y una forma de controlar la narrativa mediática. La implementación del "botón muteador" y el sistema de votación han sido comparados con tácticas autoritarias que buscan silenciar voces críticas.
La contradicción se hace evidente cuando el propio presidente Javier Milei se presenta en actos oficiales vestido como granadero, mientras impone un estricto código de vestimenta a los periodistas. Esta dualidad ha sido interpretada como una estrategia para desviar la atención y reforzar su imagen, al tiempo que limita la libertad de expresión.
La comunidad periodística y diversos sectores de la sociedad han expresado su preocupación por estas medidas, que consideran un retroceso en los derechos democráticos y una amenaza al libre ejercicio del periodismo en Argentina.