

El presidente Javier Milei volvió a apuntar contra el kirchnerismo en medio del conflicto salarial con trabajadores del Hospital Garrahan, que iniciaron un paro de 48 horas ante la pérdida del poder adquisitivo y las condiciones laborales. Según el mandatario, el problema responde a una “estructura inflada de empleados dibujados” heredada de gestiones anteriores.
“Los K inventaron ñoquis y te acusan de insensible por desarticularlos”, declaró en una entrevista, donde aseguró que el Gobierno ya giró recursos “récord” al hospital. “¿Estamos de acuerdo con que haya ñoquis que le filtran los recursos a gente que no trabaja? Esta es la trampa que han generado los psicópatas del kirchnerismo”, insistió.
A pesar de los pedidos oficiales para suspender la medida, los médicos residentes del Garrahan ratificaron la huelga. Denuncian salarios por debajo de la canasta básica —alrededor de 800 mil pesos para residentes de primer año— y aseguran que el funcionamiento del hospital depende en gran parte de este sector.
“Sin los residentes no hay hospital. Los chicos que están en quimioterapia no pueden quedarse sin atención”, advirtió Cristina Alonso, jefa de Laboratorios. En diálogo con Infobae, lamentó la fuga de profesionales por sueldos bajos: “No podés perder un neurólogo con 15 años de experiencia por no pagarle bien”.
Según un relevamiento interno, el Garrahan cuenta con 4.728 empleados, de los cuales 3.190 pertenecen al sector asistencial: médicos, enfermeros, técnicos, farmacéuticos y otros roles fundamentales. Los datos no incluyen a residentes ni becarios, que sumarían otros 700 trabajadores.
Desde el sindicato ATE, Alejandro Lipcovich explicó que muchas funciones médicas se clasifican bajo el rubro “conducción”, lo que distorsiona la lectura del plantel. “El personal asistencial es el 70%, y no solo son médicos. Hay muchos trabajos invisibles pero imprescindibles”, señaló.
El Garrahan es uno de los hospitales pediátricos más importantes del país: realiza cerca de 600 mil consultas ambulatorias, 10 mil cirugías y más de 100 trasplantes por año. Hasta 2017, era financiado en conjunto por Nación y Ciudad, pero hoy depende casi en su totalidad del Gobierno nacional.
Mientras Milei denuncia la existencia de cargos “dibujados” y asegura que los recursos están garantizados, los trabajadores reclaman una recomposición salarial del 100% y condiciones que garanticen la atención de alta complejidad. El conflicto se enmarca en un clima de creciente tensión entre el Ejecutivo y los sectores gremiales de la salud.