

La Libertad Avanza (LLA), fuerza política que llevó a Javier Milei a la presidencia, atraviesa una de sus crisis internas más agudas. Las diputadas nacionales Lilia Lemoine y Juliana Santillán se encuentran en el centro de la polémica tras declaraciones desafortunadas que generaron fuertes críticas, incluso desde dentro del propio espacio.
El conflicto se intensificó cuando Lemoine, al referirse a las protestas de los trabajadores del Hospital Garrahan por recortes presupuestarios, minimizó sus reclamos diciendo: "Nadie tiene por qué pagar por tus sueños. Yo soñaba con ser astronauta. ¡Quiero que me paguen mi sueño ya!" .
Por su parte, Santillán cometió un error al afirmar que una familia tipo necesitaba $360.000 para no ser pobre, cifra que en realidad corresponde al umbral de pobreza para una sola persona según el INDEC.
Las respuestas no se hicieron esperar. Emmanuel Danann, figura cercana a LLA, expresó en redes sociales: "Háganle un favor al gobierno y CIERREN EL ORTO; vos, Paola Argento y toda la murga de impresentables que se colaron en el honorable Congreso de la Nación".
Yamil Santoro, legislador porteño, también criticó a Santillán por su error en las cifras de pobreza, recordando además que fue expulsada de su espacio por mentir sobre su currículum y plagiar notas.
Estas tensiones se suman a otros episodios recientes que evidencian la fragilidad del bloque libertario. En marzo, una sesión en Diputados terminó en escándalo cuando los diputados Oscar Zago y Lisandro Almirón se enfrentaron físicamente, y Lemoine recibió un vaso de agua arrojado por su colega Rocío Bonacci.
Además, la diputada Marcela Pagano fue cuestionada por Lemoine y Santillán tras su designación en la Comisión de Juicio Político, lo que derivó en la salida de Oscar Zago como jefe de bloque.
En el conurbano, las internas también se hacen sentir. Dirigentes locales de La Libertad Avanza (LLA) rechazan integrar a figuras del PRO, como Diego Santilli y Cristian Ritondo, en sus listas, argumentando que "vienen pensando que han ganado algo pero hay que explicarles que perdieron".
La acumulación de errores comunicacionales, enfrentamientos internos y desacuerdos estratégicos pone en evidencia las dificultades de La Libertad Avanza (LLA) para consolidarse como fuerza política. La falta de cohesión y las disputas públicas entre sus referentes amenazan con erosionar la imagen del oficialismo y su capacidad para gobernar con eficacia.
En un contexto político argentino caracterizado por la volatilidad y la fragmentación, la estabilidad interna y la claridad en la comunicación son esenciales para cualquier fuerza que aspire a liderar con éxito. La Libertad Avanza (LLA) enfrenta el desafío de superar sus propias contradicciones si pretende mantenerse como una opción viable en el escenario político nacional.