

La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner ha anunciado su candidatura a diputada provincial por la tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires, marcando su regreso a la política activa y generando un sismo en el peronismo bonaerense. Esta decisión, tomada dos días después del lanzamiento del espacio político del gobernador Axel Kicillof, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), ha intensificado las tensiones internas y plantea interrogantes sobre el futuro del peronismo en su bastión histórico.
Cristina Fernández de Kirchner, de 72 años, busca preservar el control del peronismo en la provincia de Buenos Aires, el único distrito de peso que aún mantiene tras la derrota de 2023. Su candidatura en la estratégica Tercera sección electoral, donde cuenta con altas probabilidades de victoria, se presenta como un intento de frenar el avance de la ultraderecha liderada por Javier Milei y de reconfigurar el liderazgo dentro del peronismo.
Sin embargo, su regreso ocurre en un contexto de fragmentación del peronismo, con tensiones entre su sector y el liderado por el gobernador Axel Kicillof. La creación del MDF por parte del gobernador, respaldado por intendentes y legisladores provinciales, representa un desafío directo al liderazgo de Kirchner y evidencia la disputa por el control del peronismo bonaerense.
Uno de los puntos de fricción más significativos entre Kirchner y Kicillof es el desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires. Mientras Axel Kicillof y su entorno consideran que esta táctica podría fortalecer la gestión bonaerense al permitir una campaña centrada en logros locales, Kirchner y sectores afines, como La Cámpora y Sergio Massa, alertan sobre los riesgos que implicaría, subrayando que podría fragmentar al peronismo y facilitar una derrota en territorio bonaerense.
La implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) en la elección nacional también impactará en la lógica de la campaña bonaerense, anulando el “efecto arrastre” de las listas nacionales y permitiendo a los intendentes jugar de modo más independiente.
La candidatura de Cristina Fernández de Kirchner se da en medio de una condena judicial por corrupción ratificada en segunda instancia. Aunque planea llevar el caso ante la Corte Suprema, un proceso que podría durar años, la sentencia ha sido utilizada por sus detractores para cuestionar su legitimidad política. El Congreso argentino rechazó recientemente un proyecto de ley que buscaba prohibir a personas condenadas por corrupción acceder a cargos públicos, iniciativa que fue interpretada por el peronismo como un intento de proscribir a la expresidenta.
En el escenario político bonaerense, La Libertad Avanza (LLA), el partido del presidente Javier Milei, busca consolidar su presencia y desafiar al peronismo en su bastión histórico. La posible candidatura de Karina Milei, hermana del presidente, ha sido promovida por sectores del oficialismo como una estrategia para polarizar con Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof. El senador bonaerense Sebastián Pareja aseguró que llevar a la boleta el apellido de Milei, precedido por el nombre de Karina, sería un "triunfo asegurado".
La candidatura de Cristina Fernández de Kirchner a diputada provincial por la Tercera sección electoral de Buenos Aires reconfigura el tablero político y profundiza las tensiones internas del peronismo. Su retorno a la política activa, en medio de disputas con el gobernador Axel Kicillof y desafíos judiciales, plantea interrogantes sobre el futuro del movimiento y su capacidad para enfrentar a una oposición fortalecida. Las elecciones de septiembre serán un test crucial para determinar quién liderará el peronismo en la provincia y cómo se posicionará frente al avance de La Libertad Avanza (LLA).