miércoles 18 de junio de 2025 - Edición Nº4745

Empresas | 17 jun 2025

Empresas

La nueva generación de alarmas, proteger personas, optimizar recursos y automatizar la seguridad

Columna de opinión por Diego Madeo. Director Ejecutivo de Garnet Technology


En un país donde la seguridad es una de las principales preocupaciones tanto para hogares como para empresas, la tecnología se convierte en aliada clave. La evolución de los sistemas de alarma ha dejado de ser simplemente una herramienta reactiva frente a delitos para convertirse en una solución integral que protege personas, automatiza procesos cotidianos y resuelve problemas reales con inteligencia y conectividad.

Históricamente, se pensaba en las alarmas como mecanismos para evitar robos o intrusiones. Sin embargo, el foco se ha desplazado: hoy, lo más importante no es solo resguardar bienes materiales, sino cuidar a las personas. Gracias a la integración con centros de monitoreo, aplicaciones móviles y funciones de emergencia silenciosa, muchas familias y empleados encuentran en estos sistemas una red de contención invisible pero activa. En palabras de un instalador del Gran Buenos Aires: “Recientemente instalamos un sistema en la casa de una mujer mayor que vive sola. Gracias a un botón de pánico vinculado a la app, pudo pedir ayuda a sus hijos desde la cama cuando se sintió descompuesta. No hizo falta una sirena: la tecnología hizo su trabajo en silencio y a tiempo”.


Hogares inteligentes: alarmas que piensan


El concepto de seguridad en el hogar ha evolucionado notablemente en los últimos años. Ya no se trata únicamente de evitar un robo o reaccionar ante una intrusión: hoy los sistemas de alarma son parte central de un hogar inteligente, capaces de interactuar con otros dispositivos y anticiparse a las necesidades de sus habitantes. Esta transformación se traduce en automatización, comodidad y eficiencia, todo desde una única plataforma.

A través de una app móvil o una central de control, los usuarios pueden encender y apagar luces de manera remota o programada, simulando la presencia de personas dentro de la casa, una técnica comprobada para disuadir posibles intrusos. Pero la funcionalidad va más allá. Es posible también automatizar el riego del jardín o el encendido del filtro de la pileta, acciones que antes requerían presencia física o costosos temporizadores.

Incluso se pueden programar acciones vinculadas al clima: por ejemplo, encender la calefacción cuando la temperatura desciende a cierto umbral, o activar ventiladores si se detecta movimiento en ambientes calurosos. Todo esto forma parte de un sistema integrado que convierte a una alarma en algo mucho más que una simple medida de seguridad.

La incorporación de estas tecnologías no solo eleva el nivel de protección del hogar, sino que también contribuye al ahorro energético, la sostenibilidad y el confort diario. Es, en definitiva, una forma accesible de llevar la domótica al alcance de más familias, convirtiendo cada casa en un entorno más seguro, eficiente y conectado.


Empresas: cuando la seguridad mejora la gestión


La seguridad en el ámbito empresarial ha dejado de ser una simple barrera contra robos o intrusiones. En la actualidad, los sistemas de seguridad electrónica modernos se han transformado en herramientas estratégicas de gestión, capaces de ofrecer un control preciso, automatizado y centralizado de múltiples procesos críticos dentro de una organización.

Uno de los principales avances es la posibilidad de gestionar ingresos y egresos de personal mediante sensores de puertas, lectores de tarjetas o teclados inteligentes. Estos dispositivos no solo permiten saber quién entró y cuándo, sino que generan reportes automáticos que facilitan auditorías internas, control de horarios y trazabilidad de actividades.

Además, muchas empresas que operan con equipamiento sensible —como cámaras frigoríficas, laboratorios, centros de datos o depósitos— enfrentan un riesgo silencioso pero letal: los cortes de energía. Un sistema de seguridad bien configurado puede detectar en tiempo real la interrupción del suministro eléctrico y enviar alertas inmediatas al responsable correspondiente o a una central de monitoreo. Esto permite actuar antes de que se produzcan pérdidas irreparables, como el deterioro de mercadería o la caída de sistemas informáticos.

Otro aspecto revolucionario es la centralización del control operativo en compañías con múltiples sucursales. Gracias a las soluciones actuales, un empresario puede, desde su celular o una plataforma web, verificar si las alarmas de cada local fueron correctamente activadas al cierre, visualizar las cámaras para confirmar eventos sospechosos, o programar el armado y desarmado automático según los horarios de atención. Esta automatización reduce la dependencia del factor humano y aporta una capa adicional de tranquilidad.

Un caso concreto lo demuestra con claridad: una cadena de tiendas con sede en Córdoba implementó recientemente un sistema de armado automático y notificaciones via la app del panel de alarma. El resultado fue inmediato: una reducción del 60 % en los errores de activación de alarmas, disminuyendo riesgos operativos y aumentando la eficiencia de los cierres diarios.

En las empresas los sistemas de seguridad pueden optimizar procesos, prevenir pérdidas y aportar control total, incluso a distancia. Una verdadera ventaja competitiva para quienes buscan crecer de forma segura y sustentable.


Videoverificación: ver para actuar. El complemento perfecto del panel de alarma


La combinación de alarmas con cámaras permite un paso más allá: la videoverificación. Al producirse un evento, la central de monitoreo puede acceder a imágenes en tiempo real para verificar si se trata de una intrusión real, una falsa alarma o una situación inesperada (como un olvido de cierre). Esta función reduce la cantidad de movilizaciones innecesarias y mejora la eficiencia de la respuesta, optimizando recursos tanto de la empresa como de las fuerzas de seguridad.


Un mercado en crecimiento y transformación


Según datos de MegaResearch, en Argentina la penetración de sistemas de seguridad electrónica en hogares creció un 18 % en los últimos dos años, con un fuerte impulso en barrios cerrados, edificios y comercios minoristas. A nivel mundial, se estima que el mercado de hogares inteligentes superará los 50.000 millones de dólares en 2026, impulsado por la demanda de soluciones integradas. Esta tendencia refleja un cambio cultural: la seguridad dejó de ser una respuesta al miedo para convertirse en una estrategia proactiva de cuidado y eficiencia.

Ya no se trata solo de proteger una propiedad: hoy, los sistemas de alarma son herramientas multifuncionales que salvan vidas, optimizan operaciones y brindan control total a distancia. Para quienes aún asocian “sistema de seguridad” con una sirena ruidosa, la invitación es a repensar su rol: se trata de una plataforma inteligente al servicio del bienestar personal y empresarial.

Como resumen, una buena alarma hoy no solo suena cuando algo está mal. También enciende luces, envía alertas, activa cámaras, ordena tareas automáticas, y, sobre todo, da tranquilidad.

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