

Arabia y Ferraro aterrizaron en Tel Aviv en el marco del Pride 2025, convocados por la Embajada de Israel en Argentina. Lo que debía ser una experiencia se transformó rápidamente en una pesadilla. Apenas llegaron, fueron alertados por las sirenas antiaéreas y evacuados a refugios subterráneos.
Ferraro describió que la primera alarma sonó a las 2:57 AM, comando que lo llevó a correr hacia el bunker junto al resto de la delegación. Por su parte, Arabia reveló que escuchó explosiones y, en su testimonio a PanAm Post, detalló que al menos 300 misiles fueron lanzados y que uno impactó a 600 metros del hotel.
Ante la escalada con Irán, Israel declaró emergencia nacional y canceló el espacio aéreo, dejando varados a decenas de extranjeros, incluidos nuestros legisladores. Esto dejó al país sin posibilidad de repatriación inmediata.
En redes, ambos parlamentarios difundieron mensajes para tranquializar a familiares y simpatizantes. Ferraro afirmó: “Estamos bien, resguardados y atentos”, mientras Arabia escribió: “Estamos bien y cuidados… gracias por el afecto”.
Arabia, del PRO y cercano a Patricia Bullrich, aprovechó su relato para ratificar su apoyo al presidente Milei: “Comparto la política exterior del presidente”. Esto refuerza la línea diplomática oficial, que se alinea con Israel y rechaza el expansionismo iraní.
Ferraro, al frente de la CC‑ARI y exasesor de Elisa Carrió, subió el perfil internacional, mostrando capacidad de reacción ante crisis. Su relato resonó en redes y medios, destacando la respuesta institucional ante el conflicto.
En la Casa Rosada, el episodio activó rosca política: diversos actores, incluso del PRO, plantean que la gestión Milei debe asegurar vuelos de repatriación y evaluar la política exterior ante una eventual guerra regional.
Milei salió a responder rápido. Desde su entorno indicaron que “se trabaja con Israel y EEUU para regresar al país”, sin especificar plazos.
En redes sociales y portales como La Nación y Clarín, circulan hashtags como #VueltaDeDiplomáticos y mensajes que comparan la situación con la de otros ciudadanos varados.
Desde JxC, algunos subrayan que el episodio fortalece la presencia argentina en Medio Oriente, pero exigen atención a emergencias civiles antes que a delegaciones políticas. Otros piden explicaciones claras sobre los protocolos de riesgo.
El viaje se inscribe en una estrategia del gobierno que prioriza la alineación con Israel. En diciembre último, Milei recibió al primer ministro Netanyahu, consolidando alianza . Arabia expresó su respaldo a ese direccionamiento, mientras Ferraro lo amplifica desde el Senado.
Sin embargo, la situación expuesta en el conflicto genera una discusión sensible: ¿hasta dónde puede arriesgarse una delegación sin plan de contingencia? El fenómeno ya fue cuestionado por Página/12 al describir que el PRO habilitó una “rosca diplomática” que incluye el envío de políticos a escenarios de crisis .
La odisea de Arabia y Ferraro se convierte en una foto política con múltiples lecturas: legitimación institucional, rosca estratégica y necesidades diplomáticas expuestas al límite.
Gestión de crisis: el gobierno debe articular respuesta rápida y segura para la repatriación, probando su capacidad operativa.
Imagen política: si bien fortalece la identidad internacional del oficialismo, pone en riesgo la fibra emocional del electorado.
Polarización interna: aliados del PRO y la CC reclaman equilibrios entre emergencia civil y agendas internacionales.
En definitiva, dos diputados "varados en guerra" se transforman en un termómetro de la política argentina: del equilibrio entre lo operativo, lo simbólico y lo electoral, pasando por una rosca que pisa fuerte los engranajes de la agenda nacional.