viernes 27 de junio de 2025 - Edición Nº4754

Nacionales | 26 jun 2025

Rosca de chicas con boina blanca

Mujeres radicales alzaron su voz contra el ajuste y la violencia política | VIDEO

Para conocer en detalles lo ocurrido en el Encuentro Nacional de Mujeres Radicales ocurrido el pasado fin de semana La Pampa, dialogamos con la referente de la UCR bonaerense Linda Aidar, una de las principales protagonistas del evento.


Las damas de la UCR reunidas en Santa Rosa, en el marco de su Encuentro Nacional de Mujeres Radicales, emitieron una fuerte declaración política frente al avance de sectores que “convierten el odio en doctrina”. Cuestionaron el crecimiento de una ultraderecha que, según advirtieron, niega derechos, debilita instituciones y ataca la solidaridad.

Denuncian la avanzada global de la ultraderecha contra la igualdad.

Alertan sobre violencia digital y recortes que afectan a mujeres.

Exigen paridad real en el radicalismo.

Rechazan alianzas con sectores antiderechos.

Advierten sobre el impacto del ajuste en empleo, educación y jubilaciones.

Alertaron sobre la violencia digital como herramienta de disciplinamiento y desinformación que afecta la participación política de mujeres y diversidades.

Con respecto al gobierno nacional de Javier Milei, denunciaron la eliminación de áreas de género, los recortes en políticas de cuidado y el aumento del desempleo femenino, especialmente entre jóvenes.

También señalaron el impacto del ajuste sobre el sistema universitario y el sistema previsional. “El 72% de quienes accedieron a una jubilación por moratoria son mujeres. Su eliminación es condenarlas a la pobreza”, expresaron.

El encuentro finalizó con un llamado claro: “No hay radicalismo posible sin feminismo democrático”.

Reafirmaron su compromiso con un feminismo democrático e igualitario en línea con los valores históricos del radicalismo y exigieron paridad real en los espacios de decisión partidaria y mayor protagonismo para la Secretaría de la Mujer en la mesa de conducción del partido. “No alcanza con estar en las listas, hay que estar en las decisiones”, remarcaron.

Además, rechazaron alianzas con el gobierno nacional y con sectores identificados como “ultraderecha libertaria”. Cuestionaron la inacción judicial en casos de violencia de género y corrupción.

DOCUMENTO FINAL DE MUJERES DE LA UCR

ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES RADICALES
La Pampa - 2025

Nosotras, radicales frente a los grandes retrocesos en los derechos de las mujeres:
En el mundo y en la Argentina, los derechos de las mujeres retroceden frente al avance de fuerzas políticas que transforman el odio en doctrina.

La ultraderecha global construye su discurso negando la igualdad, atacando al feminismo y reduciendo a las mujeres a un rol subordinado y reproductivo. La ofensiva de la ultraderecha no es sólo un fenómeno político, sino también cultural y comunicacional.

Se trata de un proyecto que busca destruir el sistema de partidos, deslegitimar al Estado, desmantelar las instituciones que garantizan políticas y efectivización de derechos y desarticular todo mecanismo de control democrático.

Este modelo de sociedad promueve la individualización extrema, atacando las nociones de comunidad, la ética de la solidaridad e igualdad.

En este marco, las redes sociales juegan un rol central: lejos de ser espacios neutros de participación, se han convertido en escenarios de violencia simbólica, desinformación y hostigamiento sistemático, particularmente hacia mujeres, diversidades y juventudes.

El discurso de odio y la violencia digital son hoy una de las principales barreras para la participación política y social de las mujeres. Combatir esta cultura del desprecio y la desinformación es también una tarea feminista y democrática.

En nuestro país, este retroceso se profundiza con decisiones de gobierno que eliminan áreas específicas de género, promueven una regresión ideológica sin precedentes, realizan una drástica reducción de recursos y el recorte presupuestos destinados a políticas de igualdad, siendo las políticas de cuidado una muestra concreta de este desmantelamiento.

El reciente índice de desocupación del 7,9% afecta de manera particular a las mujeres, especialmente a las más jóvenes, que enfrentan niveles de desempleo superiores al promedio nacional. Las mujeres jóvenes ven limitado su acceso al trabajo y a la autonomía económica en un contexto donde las tareas de cuidado recaen desproporcionadamente sobre sus hombros. 

A su vez, las políticas de ajuste han golpeado duramente al sistema universitario, uno de los espacios donde las mujeres han conquistado mayores niveles de participación y autonomía. La subejecución presupuestaria, la precarización laboral y el desfinanciamiento de becas estudiantiles afectan particularmente a las mujeres estudiantes, muchas de ellas primera generación universitaria, y también a las miles de mujeres que trabajan como docentes, investigadoras, no docentes y científicas.

El desguace de las universidades es también un ataque al futuro de las mujeres. 
Además, las reformas regresivas propuestas en el sistema previsional de la mano de haberes miserables, desprecian las trayectorias laborales discontinúas de millones de mujeres que sostienen, sin remuneración, las tareas de cuidado.

El 72% de quienes accedieron a la jubilación mediante moratorias son mujeres. La eliminación de estos regímenes es una condena directa a la pobreza y a la exclusión de las mujeres en la vejez.
Frente a este panorama, reafirmamos que el feminismo que defendemos es el que se corresponde con los valores del radicalismo: profundamente democrático, igualitario y humanista.

Un feminismo real comprometido en transformar las estructuras de poder sin convertirse en un espejo. No es una política antimasculina, sino una política de equidad social. No busca invertir privilegios, sino construir justicia.

Reivindicamos nuestra lucha histórica por la paridad, no somos ni seremos funcionales al patriarcado disfrazado de progresismo, Muchas veces, la igualdad formal se vacía de contenido cuando no somos las propias mujeres quienes elegimos a nuestras reepresentantes para ocupar espacios de poder y toma de desiciones.

La verdadera igualdad no se limita a garantizar una presencia femenina en las listas, sino que implica que podamos estar en las negociaciones. De otra manera no es feminismo: es patriarcado funcional disfrazado de modernidad. Esta práctica atraviesa todos los partidos, pero hoy más que nunca nos comprometemos a revertirlo.

Por eso nos comprometemos a militar activamente para que la paridad sea efectiva, participativa y real. La Secretaría de la Mujer debe integrar la mesa de conducción del partido que además debe ser paritaria. Llamamos a todos los comités, dirigentes y militantes —varones y mujeres— a asumir la igualdad de las mujeres como parte constitutiva del radicalismo democrático y popular.

No es una opción: es un deber ético y político.Es democracia sin hipocresía.Es igualdad sin excusas. Es el radicalismo que vale la pena. De Alem, Yrigoyen, Elvira, Illia, María Teresa, Florentina, Margarita y Alfonsín.


Por ello, instamos a que todas las dirigentes con cargos electivos o de gestión —en todas las provincias— participen activamente de estos encuentros y espacios de construcción. La paridad no puede ser solo una norma: debe ser una práctica viva en la toma de decisiones.

Nos preocupa la connivencia de sectores del radicalismo con un gobierno que degrada los derechos de las mujeres. Ser cómplices de este retroceso es, además de injusto, profundamente antirradical. No hay antiderecho más explícito que negar la igualdad de género. No hay radicalismo posible sin feminismo democrático.

Tampoco puede haber feminismo sin justicia. Un poder judicial que no garantiza igualdad ante la ley es un obstáculo para la equidad. Lo saben las mujeres víctimas de violencia, las que denuncian impunidad económica y las que viven el poder judicial como un espacio elitista y clasista.

Queremos para todas las causas de corrupción las mismas garantías que otorgo el Poder Judicial con el fallo Vialidad, que respaldamos. La causa del Correo, los fallos desiguales, la inacción en casos de corrupción como el CryptoGate, son ejemplos de una justicia desigual. Como radicales, exigimos una justicia con perspectiva de género y con verdadera vocación democrática.
Reafirmamos, además, que no hay identidad radical posible en alianzas con quienes representan lo contrario a nuestros valores.

La ultraderecha libertaria, negadora de derechos, agravia nuestra historia. No hay lugar en el radicalismo para quienes naturalizan el ajuste brutal, la eliminación del Estado y el odio como programa. Pero también rechazamos el oportunismo demagógico de quienes vaciaron las banderas de la igualdad con gestos superficiales y políticas ineficaces.

Desde La Pampa, las mujeres radicales reafirmamos nuestro compromiso con la paz, los derechos humanos y la convivencia democrática. Rechazamos el crecimiento del antisemitismo, la islamofobia y toda forma de discriminación o violencia política, religiosa, étnica, o por razones de género y diversidad sexual. Reivindicamos la memoria como ejercicio democrático y la participación de las mujeres como motor de transformación.

Santa Rosa, La Pampa, 22 de junio de 2025.

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