

En un gobierno que se autoproclama como el destructor de la "casta", el nombre de Guillermo Francos sobresale como la excepción que confirma la regla. O más bien, como la regla misma. El actual Jefe de Gabinete de Javier Milei es, a todas luces, el más claro exponente de ese entramado de poder opaco, superviviente a todos los cambios de ciclo, y operador nato de los acuerdos más turbios.
Desde los 90 hasta hoy, pasó por el menemismo, el duhaldismo, el kirchnerismo, el macrismo y ahora por el mileísmo.
En todos los gobiernos tuvo un lugar, un cargo, una función. Pero también una red de relaciones que lo ubican como una pieza fundamental del engranaje de negociaciones oscuras, pactos de impunidad y silencios cómplices.
En esta nota, analizamos su rol en la actual gestión libertaria, su intervención directa en el encubrimiento de la corrupción en el PAMI, sus vínculos con la estafa millonaria de la criptomoneda Libra, y el blindaje mediático que lo protege. Todo con nombres, datos, hechos y un análisis profundo del impacto político de su figura.
Guillermo Francos no es un recién llegado. Su carrera como operador político comenzó en los años noventa, bajo el ala del menemismo. Fue presidente del Banco Provincia y un hábil articulador con los grupos financieros. Supo saltar del duhaldismo al kirchnerismo sin despeinarse, para luego ingresar al macrismo con perfil bajo. Siempre en la trastienda, siempre cerca del poder.
"Francos, el verdadero poder de Milei: casta, cripto y silencio"
Con Javier Milei se convirtió en el rostro visible del supuesto diálogo. En verdad, es el garante de las transacciones entre los poderes fácticos y la Casa Rosada. Negocia con gobernadores, presiona legisladores, blinda a los funcionarios cuestionados y opera mediáticamente para sostener el relato oficial. Su estilo es viejo, pero eficaz: prometer, dilatar y cerrar acuerdos en la sombra.
Francos se convirtió en el engranaje clave del encubrimiento del vaciamiento del PAMI. En especial, en la delegación de La Plata, donde estalló una denuncia por corrupción interna que compromete a altos funcionarios libertarios. Viviana Aguirre, ex funcionaria de esa UGL, intentó denunciar maniobras irregulares, pero se encontró con un muro de silencio.
Silencio, ocultamiento y pactos a puerta cerrada
Según trascendió, Francos pidió reunirse con Aguirre en Casa Rosada, pero al enterarse de que ella no asistiría sola, canceló el encuentro. Desde entonces, se niega a entregar documentación solicitada por legisladores y medios, lo que confirma su voluntad de encubrir la maniobra. El vaciamiento del PAMI no es un error: es una política de saqueo sistemático.
No se trata solo de un escándalo previsional. Francos también aparece vinculado con el caso de la estafa Libra, una criptomoneda promovida por la Fundación Faro, cercana al entorno presidencial. Esta estructura habría canalizado fondos públicos y privados mediante cuentas off shore, generando un daño estimado en más de 90 millones de dólares.
"Guillermo Francos: del PAMI al criptoescándalo, la casta sigue operando"
Aunque Axel Kaiser figura como rostro visible del think tank, Francos habría articulado los vínculos con Sebastián Pareja, operador libertario con influencia en la estructura de la Secretaría General. La estafa impactó a más de 44.000 damnificados. Hasta ahora, ningún funcionario fue imputado. La justicia duerme, y Francos sonríe.
A pesar de su exposición pública, Guillermo Francos goza de una protección mediática inusual. Pocos programas de televisión mencionan sus vínculos con el escándalo del PAMI o con la criptoestafa. Sus entrevistas suelen estar pautadas con preguntas amigables y sin repreguntas. Su figura se mantiene incuestionada en los grandes diarios y noticieros.
"Guillermo Francos, el Grinch de la política: operador eterno y rostro visible de la casta libertaria"
El blindaje tiene explicación: Francos garantiza pauta, gestiona nombramientos, opera con agencias y productores. Maneja la narrativa oficial sin exponerse demasiado. Es el rostro amable de una estrategia comunicacional basada en el control total del discurso.
Javier Milei no se ha pronunciado sobre ninguno de los escándalos que involucran a su Jefe de Gabinete. En sus cadenas nacionales, donde suele insultar a opositores y periodistas, nunca menciona a Francos. En los pasillos de Balcarce 50 se rumorea que el Presidente lo necesita más que a nadie: es su fusible con el sistema político que supuestamente vino a destruir.
La omisión de Milei se convierte en complicidad. Mientras la "casta" crece dentro de su propio gobierno, él opta por callar. El discurso anticasta queda reducido a una estrategia electoral vacía, mientras los operadores de siempre continúan manejando los hilos.
Guillermo Francos no es solo un nombre. Es el símbolo de una forma de hacer política basada en el silencio, el encubrimiento y la impunidad. Es el operador de los acuerdos invisibles, el garante de los negocios inconfesables, el escudo de los corruptos. En un país que reclama transparencia, sigue operando desde la sombra.
Guillermo Francos, actual Jefe de Gabinete de Javier Milei, está vinculado a escándalos como el vaciamiento del PAMI y la estafa de la criptomoneda Libra. Su rol como operador eterno lo convierte en símbolo de la verdadera casta.
La casta no fue erradicada. Se reconfiguró. Y ahora, con la legitimidad que le da el relato libertario, avanza más rápido que nunca. Con Francos como rostro y cerebro, la vieja política no murió: se transformó en algo peor.
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