sábado 28 de junio de 2025 - Edición Nº4755

Nacionales | 27 jun 2025

Hugo se arrastra ante Milei, como lo hizo con Macri, y Pablo balconea a CFK

Gremialismo, poder y supervivencia: el ajedrez sindical de Moyano y su familia

Camioneros firmó paritarias con el Gobierno y se mostró en las calles contra Milei. Internas familiares, tensiones con el PJ y una obra social en crisis. Moyano mueve las piezas para seguir vigente en tiempos hostiles.


En el mapa político argentino, donde los equilibrios se rompen y recomponen a velocidad de vértigo, hay figuras que nunca desaparecen, aunque bajen su perfil. Hugo Moyano es una de ellas.

El histórico líder de Camioneros, que pareció ceder el protagonismo a su hijo Pablo en los últimos años, ha vuelto al centro de la escena. Y lo hace con un estilo que combina pragmatismo, cálculo frío y un olfato intacto para detectar el pulso del poder.

"Moyano volvió al centro de la escena política combinando pactos con el gobierno libertario, rechazo al kirchnerismo y una guerra familiar con Pablo por el control del gremio y su relación con Cristina Kirchner".

Esta vez, el regreso de Moyano al primer plano vino acompañado de movimientos que a muchos les parecen contradictorios. Pero que, leídos en clave de supervivencia sindical, responden a una lógica clara: mantenerse cerca de la toma de decisiones sin quedar atrapado en una única trinchera política.

La interna familiar: Pablo versus Hugo

El primer dato saliente es el divorcio político y afectivo entre Hugo Moyano y su hijo mayor, Pablo. En un encuentro de la CGT, el patriarca sindical ventiló en público un malestar personal: "Pablo fue a visitar a Cristina y ni me llamó por el Día del Padre", lanzó.

La frase expone no solo una fractura íntima, sino una disputa por el sentido del poder gremial: mientras Pablo profundizó sus vínculos con el kirchnerismo, Hugo apuesta a la autonomía e incluso a acuerdos con el oficialismo libertario.

Hugo Moyano reapareció con movimientos calculados: firma paritarias con Milei, resiste al kirchnerismo y desplaza a Pablo del sindicato. Grietas internas, crisis en la obra social y el rol de Camioneros en la calle.

Este enfrentamiento no es nuevo. Hace tres años, padre e hijo rompieron la relación tras una fuerte discusión sobre el rol de Liliana Zuletesposa de Hugo— en la crisis financiera de la obra social del gremio. Desde entonces, Pablo dejó su oficina en el sindicato, renunció a la CGT y se refugió en la presidencia del Club Camioneros.

 Moyano, Cristina y el PJ: ruptura definitiva

El conflicto con el kirchnerismo quedó cristalizado en la reciente negativa de Moyano a adherir al paro general y a la movilización convocada por sectores afines a Cristina Fernández de Kirchner.

En una reunión privada, el camionero apuntó contra los K por haberse apropiado del PJ y no haber mostrado solidaridad cuando el macrismo lo persiguió judicialmente: "Me allanaron 25 veces y nadie me llamó para ver si necesitaba algo", recordó con bronca.

Moyano también cuestionó la falta de códigos en el armado de listas y calificó al PJ como “una cáscara vacía”. La resistencia de Hugo abortó una operación kirchnerista que buscaba usar la visita de Pablo a Cristina como aval para sumar a Camioneros a la movilización. En la CGT, muchos creen que la jugada no fue casual.

Guiños al Gobierno de Milei: paritarias a medida

Mientras agitaba el rechazo al kirchnerismo, Moyano firmó con el Gobierno una paritaria que se alinea con los techos salariales del Ministerio de Economía: 3% en tres cuotas de 1% (junio, julio, agosto) más una suma fija de $45.000. A pesar de que el acuerdo quedó por debajo de la inflación acumulada, se trató de un gesto que el oficialismo celebró.

El acuerdo fue fogoneado por el secretario de Trabajo, Julio Cordero, quien mantiene una relación aceitada con el líder de Camioneros. La maniobra no es nueva: en acuerdos previos también lograron paritarias “amigables” con impacto político más que económico.

El otro Moyano en la calle: movilización contra Sturzenegger

Para compensar el acuerdo salarial, el miércoles Camioneros participó con fuerza en la marcha del Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y el Salario Justo. Se movilizaron hasta el Ministerio de Desregulación, encabezado por Federico Sturzenegger, blanco de críticas por sus medidas de ajuste.

Allí dijeron presente dirigentes clave como Octavio Argüello, Omar Pérez y Karina Moyano. También apareció Marcelo Aparicio, antes más cercano a Pablo Moyano. El dato: Karina se mostró al lado de Oscar Borda, un alfil de Pablo, lo que alimentó rumores de un reordenamiento interno.

Obra social en crisis: grietas en el imperio Moyano

Más allá de la política, el frente financiero amenaza el poder de Hugo Moyano. La obra social de Camioneros acumula una deuda de más de $26 mil millones, con un incremento del 20% entre diciembre y febrero. Embargos judiciales, cortes de prestaciones y malestar en las bases se acumulan.

Aunque la Superintendencia de Servicios de Salud podría haber intervenido, hubo una decisión política de no hacerlo. ¿Por qué? Algunos apuntan a la paritaria del 1% como “pago” por esa indulgencia. Pero en las bases crece el descontento por el deterioro de los servicios y los magros aumentos.

Pragmatismo sin culpas: el método Moyano

Hugo Moyano no oculta su pragmatismo. Sabe que el sindicalismo está en la mira del Gobierno, pero también que sigue siendo una pieza clave en el tablero de poder. Con los K ya definitivamente enfrentado, busca posicionarse como interlocutor válido ante Milei, sin dejar de ocupar las calles cuando conviene.

Mientras otros líderes de la CGT dudan, negocian o se alinean, él juega su propio juego. A veces acuerda, otras protesta. A veces insinúa pactos, otras rompe alianzas. Todo con un único fin: sostener el poder camionero.

Perspectivas 2025: candidaturas, tensiones y sucesiones

Con las elecciones legislativas en el horizonte cercano, muchos se preguntan qué rol jugará el moyanismo. Se rumorea que Cristina Kirchner podría impulsar a Pablo Moyano como candidato en Buenos Aires para confrontar indirectamente a su padre. Pero en la CGT aseguran que Axel Kicillof podría reservar ese lugar para un dirigente afín, como Héctor Daer.

Mientras tanto, Hugo busca consolidar a Karina Moyano en la estructura sindical y proyectar una sucesión sin escándalos. Pero las grietas internas, la crisis financiera y las tensiones con el kirchnerismo, hacen que el camino esté lejos de ser lineal.

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