La acusación de amenazas por parte de Lourdes Arrieta contra Lilia Lemoine después del levantamiento de sesión expone fisuras profundas en La Libertad Avanza.

Más que una disputa personal, es un síntoma de crisis interna con posibles consecuencias legislativas y estratégicas para el oficialismo.

De ser una bisagra parlamentaria, el bloque podría convertirse en terreno fértil para escisiones y debilitamiento político.

Cierre abrupto y acusaciones cruzadas

Durante una sesión reciente en la Cámara baja, que se levantó inesperadamente por falta de quórum, Lourdes Arrieta afirmó haber sido "amenazada" por Lilia Lemoine justo después del incidente.

Arrieta, que se había separado del bloque de La Libertad Avanza, indicó que la diputada le reprochó su proceder y el levantamiento de la sesión, lo que generó un fuerte clima de tensión en el recinto y en redes sociales.

Tras el levantamiento abrupto de una sesión, Lourdes Arrieta acusó a Lilia Lemoine de amenazarla. El cruce revela grietas en La Libertad Avanza que amenazan con debilitar al bloque oficialista y su estrategia legislativa.

En paralelo, Lilia Lemoine respondió desde redes y en declaraciones previas criticó insistentemente a Arrieta, llegando a acusarla de estar "desequilibrada mentalmente", tildándola de mentirosa y cuestionando sus denuncias legales contra colegas.

El intercambio no se limitó al recinto: traspasó a X, donde Lemoine definió a Arrieta como una “sicaria mediática” que genera odio deliberadamente y alegó que su ausencia de quórum fue parte de una estrategia para frenarla.

Viejas rencillas que reaparecen en momentos críticos

El episodio de esta semana se enmarca en una historia de enfrentamientos: previamente, Lemoine la bloqueó por protagonizar denuncias por violencia de género y apoyar la visita a represores en la cárcel de Ezeiza.

En ese momento fue acusada de ser funcional a intereses kirchneristas y de ir contra la unidad del bloque. Tras su salida, Arrieta formó un monobloque bajo el nombre "Fuerzas del Cielo – Espacio Liberal" y continuó cuestionando la línea oficialista.

Los insultos recorrieron la prensa y redes: Lemoine calificó a Arrieta de "kuka sucia" y desafió a otros bloques a integrarla, manifestando que "no la va a querer nadie". Arrieta, por su parte, la acusó de fomentar el odio y de carecer de actividad legislativa real, lo que amplificó la crisis en el bloque libertario.

Implicancias parlamentarias y riesgo de dispersión legislativa

Este choque llega en un momento clave: el oficialismo libertario necesita disciplina interna para asegurar quórum y avanzar con la agenda del presidente Milei. Sin embargo, los intercambios de acusaciones y la ruptura del bloque ponen en riesgo la cohesión.

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El levantamiento de sesiones por faltas de quórum y la exposición pública de amenazas entre diputadas desnaturaliza el debate y desgasta la imagen del espacio oficialista. Además, pone en alerta a otros bloques —PRO, UCR, peronismo disidente— que observa la posibilidad de fractura interna y debilidad parlamentaria.

Si la interna no se resuelve, podría profundizarse el camino hacia la formación de más monobloques independientes, debilitando la estrategia legislativa y anunciando un escenario de mayor fragmentación institucional.