

La tensión cambiaria volvió a dominar la agenda financiera. En un lunes marcado por la incertidumbre, el dólar oficial saltó $20 y cerró en $1.280, mientras que los dólares financieros —MEP y CCL— también subieron un 1,7%, ubicándose cerca de los $1.270. El modelo de contención que impulsa el ministro Luis Caputo empieza a mostrar signos claros de agotamiento.
En Wall Street, las acciones argentinas (ADRs) sufrieron fuertes caídas, con desplomes de hasta 6% en algunos papeles. El Merval también cerró en rojo, con una baja de más del 3%, arrastrado por pérdidas en los sectores bancario y energético. El índice volvió a niveles de mediados de mayo.
“Sostener el tipo de cambio a cualquier costo deteriora la percepción de sostenibilidad”, afirmó al medio La Política Online un analista de un importante fondo de inversión. El mercado observa con preocupación el atraso cambiario, las reservas netas negativas (más de USD 8.000 millones) y el creciente déficit comercial.
El diagnóstico es cada vez más claro: el Gobierno no logra acumular divisas. Con el regreso pleno de las retenciones, las liquidaciones del agro cayeron en picada: de 400.000 toneladas diarias en mayo a apenas 30.000 en julio, según datos del SIO Granos.
Para sostener el esquema actual hasta las elecciones de octubre, Caputo necesita unos USD 12.000 millones. Sin embargo, el flujo de divisas proyectado no cierra:
Exportaciones mensuales: USD 5.700 millones
Importaciones de insumos intermedios: USD 5.760 millones
Déficit de balanza turística: USD 900 millones por mes
Otros servicios: USD 400 millones mensuales
Intereses de deuda externa: USD 1.070 millones (agosto), USD 565 millones (septiembre) y USD 350 millones (octubre)
Pago a bonistas privados en julio: USD 4.300 millones
Demanda de billetes físicos para atesoramiento: USD 2.000 millones mensuales
En total, la economía enfrentará una salida neta de USD 12.000 millones en solo tres meses, una cifra que luce imposible de cubrir con los ingresos actuales.
Las señales del mercado son claras: las tasas implícitas en los contratos de dólar futuro suben, los exportadores retacean la liquidación de divisas y los inversores comienzan a validar un tipo de cambio más alto.
Un auditor del FMI advirtió recientemente que el actual sistema de bandas podría colapsar si el BCRA no logra recomponer reservas. El margen para evitar un salto del dólar se achica y la presión sobre el ministro Caputo crece.
El relato de estabilidad económica que insiste en sostener el Gobierno choca con la realidad de los números. Y el mercado, cada vez con menos paciencia, empieza a anticipar el final de un modelo que parece no tener más nafta.