

Martín Llaryora se garantizó oxígeno financiero hasta el final de su mandato. En una jugada clave, el gobernador de Córdoba logró refinanciar la deuda provincial con una colocación de bonos por USD 725 millones que vencen en 2032. Además, comenzó a recibir fondos de la Anses destinados a cubrir el déficit de la Caja de Jubilaciones.
La operación financiera permite descomprimir los vencimientos inmediatos y ordenar las cuentas provinciales en un contexto de alta incertidumbre económica. Según trascendió, la provincia espera recomprar unos USD 300 millones de un bono que vence en 2026, lo que permitiría reducir la tasa efectiva de interés, que actualmente ronda el 9,75%.
La emisión tuvo como colocadores a JP Morgan y Santander, y si bien la tasa fue considerada alta por algunos analistas —comparada con otras emisiones corporativas—, en el entorno del gobernador aseguran que no había margen para esperar mejores condiciones.
“Decidimos avanzar ahora porque los bancos no ven un horizonte claro en el mediano plazo”, explicaron desde el Ejecutivo cordobés. Con esta decisión, Llaryora se fortalece de cara a su campaña para la reelección en 2027, y gana margen para sostener obras públicas y anunciar una mejora para jubilados de la mínima.
En paralelo, la provincia recibió los primeros 10 mil millones de pesos por parte del Gobierno nacional, en concepto de adelanto por el déficit previsional. Llaryora celebró el desembolso, pero advirtió que la pelea judicial con Nación sigue abierta. La Corte Suprema convocó a una nueva audiencia para noviembre.