

En una jugada política sorpresiva, cinco gobernadores decidieron dar un paso al frente en medio del creciente malestar con la administración nacional. Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy), Ignacio Torres (Chubut) y Claudio Vidal (Santa Cruz) se reunieron en la Casa de Chubut en la Ciudad de Buenos Aires y anunciaron la conformación de un nuevo frente electoral federal, al que titularon simbólicamente “Un grito federal”.
El contexto no es menor: las provincias han sido afectadas por una fuerte reducción en el envío de fondos por parte del gobierno de Javier Milei, quien desde su llegada a la Casa Rosada interrumpió recursos clave como los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), previstos constitucionalmente. Esta medida, junto con una política de ajuste fiscal centralizado, generó tensiones crecientes entre la Nación y las provincias.
𝐔𝐍 𝐆𝐑𝐈𝐓𝐎 𝐅𝐄𝐃𝐄𝐑𝐀𝐋
— Maximiliano Pullaro (@maxipullaro) July 30, 2025
Hay un grito federal que necesita voces en el Congreso. Como gobernadores, tenemos la enorme responsabilidad de defender los intereses de nuestras provincias y, al mismo tiempo, contribuir a la gobernabilidad de la Argentina.
Todos, el gobierno… pic.twitter.com/GEwKKzAign
La nueva alianza tendrá su expresión electoral el próximo 26 de octubre, cuando se celebren las elecciones legislativas. Cada mandatario competirá desde su espacio provincial, pero con una estrategia común a nivel nacional. La meta es clara: sumar representación en el Congreso y disputar el modelo de país que propone el oficialismo.
“Hemos decidido competir mancomunadamente... sabiendo que la realidad actual nos exige vocerías que defiendan a la Argentina del trabajo”, afirma el comunicado conjunto. En él, los gobernadores subrayan su compromiso con el equilibrio fiscal y el desarrollo del interior productivo, al tiempo que critican la falta de infraestructura y apoyo federal.
Aunque aún no está definido el armado final, el nuevo frente marca un punto de inflexión: peronistas, radicales, referentes del PRO y del sindicalismo se unen en una tercera vía política, que intenta ocupar el centro vacante entre el libertarismo gobernante y el kirchnerismo en declive.
Lo que comenzó como un reclamo económico se está transformando en un proyecto político con proyección nacional, que podría reconfigurar el mapa electoral de cara a 2025 y más allá.