

El Senado de la provincia de Buenos Aires se prepara para una reconfiguración profunda de sus autoridades, con cinco de las seis vicepresidencias en disputa y una incógnita que domina las negociaciones: ¿Verónica Magario respetará su candidatura testimonial y asumirá como diputada, o se quedará en su actual cargo como vicegobernadora?
Aunque el escenario más probable es su permanencia como presidenta del Senado, un sector del oficialismo no descarta que Magario asuma su banca en la Cámara Baja, abriendo un vacío de poder que el kicillofismo ya se apresta a ocupar. El nombre de Gabriel Katopodis es el que más fuerte suena para sucederla, mientras que Malena Galmarini aparece como una figura relevante, aunque su destino parece más orientado a una de las vicepresidencias.
Actualmente, Luis Vivona, Ariel Rabinovich, Pablo Obeid, Alejandro Cellillo y Daniela Reich dejarán sus cargos. El único que permanecerá es Carlos Kikuchi, actual vicepresidente quinto y líder del bloque Unión y Libertad. Este recambio masivo abre una disputa feroz por los espacios de poder.
En el bloque La Libertad Avanza-PRO, los nombres que suenan con fuerza para ocupar vicepresidencias son Guillermo Montenegro y Diego Valenzuela; uno de ellos podría liderar el bloque si no accede a una vicepresidencia. En el oficialismo, la puja se concentra entre Emmanuel González Santalla (kirchnerismo), Malena Galmarini (Frente Renovador) y Mario Ishii, históricos dirigentes con peso territorial.
Además, la jefatura del bloque oficialista también cambiará con la salida de Teresa García, y el Frente Renovador apuesta a quedarse con ese lugar clave, consolidando su posición en la Legislatura.
Con este tablero político en plena mutación, el Senado bonaerense se convierte en un escenario clave para medir fuerzas entre oficialismo y oposición, y definir la gobernabilidad de Axel Kicillof en el último tramo de su mandato