

Las proyecciones electorales de Federico Aurelio, director de la encuestadora Aresco, describen un panorama dual para los dos turnos clave de votación que enfrenta Javier Milei este año. Mientras la elección en la provincia de Buenos Aires se presenta como una competencia “palo a palo” entre La Libertad Avanza (LLA) y Fuerza Patria, el escenario nacional parece más definido: el oficialismo podría superar los 40 puntos y ganar con claridad.
Según Aurelio, la elección del 7 de septiembre en territorio bonaerense muestra un fuerte equilibrio: el peronismo domina con claridad la Tercera Sección, mientras que LLA prevalece en el resto, compensando la diferencia. La Primera Sección se muestra equilibrada, lo que hace que la suma general dé como resultado una paridad absoluta.
Un factor clave será la participación electoral. A nivel nacional, quienes se identifican con Milei muestran mayor intención de concurrir a las urnas, lo que representa una ventaja comparativa. Sin embargo, en Buenos Aires no se observa una diferencia significativa entre votantes motivados y desmotivados, lo que diluye ese impacto.
La elección bonaerense también estará determinada por factores locales: intendentes, liderazgos territoriales y candidatos testimoniales que fragmentan y diluyen la polarización nacional. La presencia de fuerzas como Somos y Hechos, en secciones como la Segunda, puede quitarle votos a LLA, especialmente entre quienes antes se inclinaban por Cambiemos. Aunque esas secciones pesan poco en el total provincial, en un contexto tan parejo pueden definir el resultado.
Para Aurelio, sin embargo, esta elección provincial no definirá el destino de la gestión Milei. Comparó el escenario con el de Mauricio Macri en 2017: incluso con una victoria intermedia contundente, no garantiza reelección ni estabilidad futura.
En cuanto a las elecciones nacionales del 26 de octubre, Aurelio pronostica un escenario favorable al oficialismo, pero advierte que más de la mitad del electorado de Milei no lo acompaña por convicción, sino por desencanto con experiencias anteriores. “Son votantes que estuvieron mal con Macri, con Alberto Fernández y también con Milei”, sostiene el consultor.
La clave del respaldo actual al Gobierno está en las expectativas, no en la situación económica presente, que sigue siendo más negativa que positiva. La baja de la inflación, la estabilidad del dólar y el equilibrio fiscal son valorados como logros, pero no alcanzan todavía para que la gente perciba una mejora directa en el bolsillo. “Esperan que mejore, como dice el Gobierno que va a mejorar”, resumió.
Otro elemento relevante es la irrupción del frente Provincias Unidas, con gobernadores como Llaryora (Córdoba), Pullaro (Santa Fe) o Torres (Chubut). Aunque estos líderes no se alían con el oficialismo, tampoco fortalecen al peronismo, y si bien podrían recortarle margen a Milei, no cambiarían el resultado nacional. “Baja LLA, pero no sube el PJ”, afirmó Aurelio.
Finalmente, el consultor aseguró que la gestión presidencial mantiene estabilidad en la percepción pública. No se verifica un “derrumbe de imagen” ni una caída significativa, pese a los diagnósticos críticos de algunos sectores. Según las mediciones de Aresco, las valoraciones sobre el presente económico son mayoritariamente negativas, pero las expectativas futuras siguen siendo positivas.
El compás de espera, concluye Aurelio, alcanza a octubre, salvo que ocurra una crisis profunda. Mientras tanto, el Gobierno se aferra a la expectativa como principal capital político.