

La reciente definición de candidatos de Fuerza Patria para las elecciones de diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires refleja una estrategia orientada a mantener la unidad interna de las distintas corrientes del peronismo. Sin embargo, esta decisión no dejó satisfechos a varios sectores, especialmente a los jefes comunales que esperaban mayor influencia en la nómina.
El análisis de los nombres seleccionados muestra que quienes obtuvieron mayor representación fueron La Cámpora, el Frente Renovador, Patria Grande, los sindicatos y Principios y Valores. En cambio, el gobernador Axel Kicillof, los intendentes y el Movimiento Evita fueron los principales perjudicados, lo que generó tensiones y una bronca interna que amenaza con prolongarse hasta después de los comicios.
El malestar se concentra en distritos como San Isidro, donde la lista incluye a Teresa García (cristinismo), Sebastián Galmarini (Frente Renovador) y Fernanda Miño (Patria Grande), mientras que dirigentes con fuerte vínculo con los intendentes quedaron afuera. La situación también afecta a otras secciones, como La Matanza, que no tiene representación en la nómina, y a dirigentes de distritos donde no gobiernan, lo que ha generado críticas internas sobre la estrategia de representación.
Además, algunos jefes comunales, como Fernando Gray y Ariel Sujarchuk, incluso armaron listas paralelas con apoyo discreto de otros intendentes, reflejando la fragmentación interna y la dificultad de equilibrar intereses locales con las decisiones nacionales del partido. En definitiva, la lista de Fuerza Patria evidencia un equilibrio delicado entre la unidad partidaria y la representación territorial, dejando al descubierto tensiones que podrían influir en los resultados de las elecciones.