

El escándalo por los audios que comprometen al ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, abrió una grieta que deja ver un engranaje mucho mayor: la conexión directa entre el poder político, con Karina y Javier Milei en el centro, y la droguería Suizo Argentina S.A., empresa que en apenas un año y medio acumuló contratos por más de $100.000 millones con el Estado.
La firma, dirigida por Emmanuel Kovalivker y con vínculos con el clan Menem, se convirtió en proveedora privilegiada no solo del Ministerio de Salud, sino también de áreas sensibles como Defensa y Seguridad. Mientras otras droguerías cerraban acuerdos por montos marginales, Suizo Argentina logró adjudicaciones millonarias que superaron en algunos casos los mil millones de pesos por operación.
Los registros oficiales y las investigaciones periodísticas muestran cómo la empresa afianzó su hegemonía en licitaciones públicas, al tiempo que los audios de coimas revelan un nexo político evidente: Spagnuolo, hombre de confianza de Milei, no solo operaba en la ANDIS sino que tenía acceso directo al círculo presidencial.
Lo que parecía un episodio aislado de corrupción se proyecta como la punta de un iceberg que mezcla negocios privados, fondos públicos y la más alta esfera del poder político en la Argentina actual.