

A pocos días de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, las declaraciones de Máximo Kirchner volvieron a encender la interna del peronismo. Durante la inauguración del polideportivo Diego Armando Maradona en Quilmes, Kirchner reclamó públicamente al gobernador Axel Kicillof más obras para el municipio, cuestionando una supuesta preferencia hacia distritos como La Plata, administrados por dirigentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF).
El comentario de Kirchner, que se viralizó en redes sociales, se produjo en un acto que contó con la presencia de Mayra Mendoza, Jorge Taiana y Facundo Tignanelli, todos referentes de La Cámpora, y buscó poner en discusión la distribución de recursos en la provincia.
En respuesta, la vicegobernadora Verónica Magario defendió la inversión provincial, señalando que Kicillof ha realizado “una inversión como nunca se ha visto desde hace muchísimos años” y remarcando que los proyectos abarcan tanto el conurbano como el interior industrial y agropecuario. Magario destacó obras de gran envergadura, como la inauguración de una Alcaidía Departamental en Quilmes, con capacidad para 312 internos y una inversión de $15.091 millones, que permitirá liberar a policías para reforzar patrullajes en los barrios.
La disputa entre Kirchner y la gestión provincial pone de relieve las tensiones internas del PJ bonaerense, que se intensifican en plena campaña electoral y muestran la necesidad de controlar la agenda política mientras se enfrentan cuestionamientos sobre la distribución de recursos y la eficacia de la gestión.