

A seis días del estallido del escándalo por las supuestas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), el Gobierno libertario enfrenta su peor crisis interna. El caso, originado en los audios atribuidos a Diego Spagnuolo, dejó de ser un problema administrativo para convertirse en una guerra de poder dentro de la Casa Rosada.
La estrategia inicial, impulsada por el asesor Santiago Caputo, era clara: dejar actuar a la Justicia, evitar desmentidas poco creíbles y no poner en duda la veracidad de los audios. Sin embargo, el ingreso del clan Menem alteró el tablero. Los riojanos, con Martín Menem y Lule Menem en el centro de las críticas, empujaron un relato opuesto: hablar de una “operación” política y poner en duda la autenticidad del material, incluso sugiriendo que se trataba de audios manipulados o creados con inteligencia artificial.
El desorden discursivo se profundizó. Mientras el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aseguraba que no ponía las manos en el fuego por nadie, Martín Menem respondía públicamente que sí lo hacía por su tío Lule y por Karina Milei, exponiendo la fractura en plena crisis.
En paralelo, trascendió que la conducción de ANDIS pasará al Ministerio de Salud, bajo el mando de Mario Lugones, cercano a Caputo, un movimiento que revela el intento del asesor de sostener el control operativo mientras los Menem concentran la defensa política.
El vacío comunicacional de Javier y Karina Milei, sumado a la pelea entre caputistas y riojanos, terminó por consolidar la percepción de que el Gobierno carece de un liderazgo unificado. En los pasillos de la Rosada, algunos funcionarios esperan la renuncia de Lule, mientras otros especulan con un eventual desplazamiento de Martín Menem en la Cámara de Diputados hacia fin de año.
La crisis de ANDIS dejó al desnudo no solo un caso de presunta corrupción, sino también las tensiones de poder que atraviesan al oficialismo. La pregunta ya no es solo si Spagnuolo caerá, sino si la interna libertaria terminará erosionando la frágil arquitectura política que sostiene al gobierno de Milei.