¿Qué pasa cuando alguien registra un Monumento Histórico a su nombre? Esa intriga sacudió Mar del Plata en las últimas horas. El intendente Guillermo Montenegro tomó una decisión firme: echar a la directora de la Casa del Puente, Magalí Marazzo, tras descubrir que había registrado a su nombre el emblemático inmueble.

El hecho quedó plasmado en el decreto 2576/23, que oficializa la salida de Marazzo de la dirección del museo. La polémica surgió porque la funcionaria había patentado cinco registros de la marca “Casa del Puente” y cinco de “Casa sobre el arroyo”, como también se conoce. Todo indicaba que la intención era explotarlas con fines comerciales, algo que generó alarma dentro del ejecutivo municipal.

Según fuentes oficiales, Montenegro exigió la renuncia de Marazzo, pero ella no accedió. En un comunicado breve, la ahora exdirectora explicó que buscaba “resguardar, de posibles complicaciones la gestión, dirección del Museo y del proyecto de Casa sobre el Arroyo, con el costo económico pertinente a mi cargo hasta tanto se pudiera realizar la gestión administrativa desde el municipio”.

La historia no quedó ahí. Desde el gobierno municipal confirmaron que Marazzo había sido intimada en octubre pasado, pero no respondió. La funcionaria recién inició un trámite administrativo para traspasar la marca del inmueble el viernes pasado, sin oficializar su salida del cargo. La paciencia del intendente llegó a su límite: decidió echarla de la dirección del museo.

Sin embargo, Magalí Marazzo continuará ligada al Estado municipal, porque posee un cargo como planta permanente en el Ente Municipal de Turismo de Mar del Plata (EMTUR). Además, era coordinadora de la Secretaría de Obras y Planeamiento Urbano, un rol que la posicionaba en distintos niveles de la política local y nacional.

La Casa del Puente, diseñada entre 1943 y 1945 por Amancio Williams y Delfina Gálvez Bunge, es un Monumento Histórico de valor incalculable. Su restauración reciente fue un proyecto de gran envergadura: en abril de este año, el presidente Alberto Fernández participó de su reinauguración luego de una inversión histórica de más de 72 millones de pesos, destinada a preservación, restauración y puesta en valor del icónico edificio.

El caso de Magalí Marazzo generó debates sobre la gestión de los Monumentos Históricos y la propiedad de sus marcas, dejando al descubierto cómo las decisiones individuales pueden impactar en la administración pública y en la preservación del patrimonio cultural de Mar del Plata.

Mientras la ciudad sigue disfrutando de la Casa del Puente, ahora bajo otra dirección, queda la pregunta: ¿cómo se protegerán mejor estos tesoros arquitectónicos para que nadie más pueda registrarlos a su nombre?