jueves 30 de octubre de 2025 - Edición Nº4879

Nacionales | 22 oct 2025

El plan Deuda por Educación: el regreso de J.P. Morgan al centro del poder económico

¿Podés financiar la educación con más deuda? El Gobierno dice que sí, pero detrás del anuncio hay nombres que explican mejor la historia.


¿Podés financiar la educación con más deuda? El Gobierno dice que sí, pero detrás del anuncio hay nombres que explican mejor la historia. Lo que se presentó como una iniciativa para bajar intereses y apostar al futuro, en realidad vuelve a poner a J.P. Morgan —el gigante de Wall Street— en el centro del escenario económico argentino.

Todo empezó con un mensaje del secretario de Finanzas, Pablo Quirno, que anunció una operación llamada “Deuda por Educación”. Según explicó, se trata de recomprar bonos soberanos para luego reemplazarlos por créditos a tasas más bajas, con el supuesto objetivo de destinar los ahorros al sistema educativo. La idea sonó bien, pero el detalle clave quedó en quién liderará la operación: J.P. Morgan.

Ahí es donde se enciende la alarma. El banco estadounidense no solo tiene una larga historia de negocios con la Argentina —desde los ferrocarriles del siglo XIX hasta los canjes de deuda más recientes—, sino que también es el exempleador de varios funcionarios del equipo económico de Javier Milei. La imagen de todos ellos en la Casa Rosada, con el Presidente al centro, fue más que simbólica: una postal del poder financiero global dentro del Gobierno.

La llegada a Buenos Aires del CEO global de J.P. Morgan, Jamie Dimon, coincidió justo con el anuncio. No fue casual. Su visita selló el respaldo de Wall Street y de Washington a la política económica de Milei. Según el propio banco, su presencia busca “apoyar inversiones estadounidenses” en sectores clave como energía, minería e industria, en un momento en que Estados Unidos compite con China por influencia en la región.

Así, la “Deuda por Educación” aparece como algo más que una estrategia financiera. Es una forma de comunicación política: asociar el endeudamiento con una causa noble para hacerlo digerible. Pero detrás del título amable, el mecanismo sigue siendo el mismo: más deuda, ahora bendecida por el mercado.

El punto de fondo es si un país puede construir su soberanía educativa sobre bases de dependencia financiera. Cada operación de este tipo profundiza el vínculo con los mismos actores que siempre manejaron los hilos desde afuera. Y aunque el Gobierno lo venda como un cambio de rumbo, en realidad acelera el ciclo de endeudamiento que prometía cortar.

El costo real de esta Deuda por Educación no se mide solo en dólares o intereses, sino en autonomía perdida. La Argentina vuelve a apostar a un viejo socio: J.P. Morgan, símbolo de un modelo donde Wall Street dicta el compás y el país, una vez más, baila al ritmo de la deuda.

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